¿Es pertinente que en Cuba se recojan firmas para exigir liberación de Lula da Silva?

Por María Carla Prieto

Cubanos firman en sus centros de trabajo exigiendo la liberación de Lula da Silva. Muchos hasta ignoran por qué está en prisión el exmandatario, pero prefieren no buscarse líos

Ha sido imposible no verlos. La recepción de los centros de trabajo en Cuba se ha vuelto una plataforma para exigir la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva. “En la entrada de mi trabajo hay un librito parecido al de la asistencia, pero con tres columnas: nombre y apellidos, Carnet de Identidad, firma”.

Hace unos días comenzó en Cuba un proceso de recogida de firmas por la liberación del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en prisión desde 2018, por por corrupción y blanqueo de capitales en el caso del piso de Guarujá.

El Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) se encuentra al frente de la campaña, a culminar el próximo 28 de octubre. Las rúbricas recopiladas servirán como testimonio de solidaridad con la causa sudamericana, y posteriormente se cederán a la delegación brasileña del Encuentro Antiimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo.

Teresa da vueltas por el hospital, está hasta arriba. En su premura no nota la pequeña mesita en la que se disponen, solemnemente, los instrumentos. Susana, de pie en el lugar, llama su atención. “Oye, ¿ya firmaste?”.

Aunque no es obligatorio participar, no hacerlo puede traer un problema, incluso para una simple secretaria como ella. Sabiendo que no le llevará mucho tiempo, lo hace. Pero, ¿por qué motivo firman los cubanos?

Yania es custodio del ICAP, organización cubana a cargo de la iniciativa; obviamente, su nombre aparece en las actas, aunque desconoce las causas imputadas al exmandatario brasileño: “Imagínate tú. Según se ha dicho, le tendieron una trampa y manipularon el juicio en su contra”.

En Cuba pocos conocen la operación Lava Jato, por la cual Luiz Inácio deberá responder además a siete casos de cohecho por desviar recursos económicos de Brasil. A día de hoy, elementos a favor o en contra enturbian los juicios. Entonces, ¿por qué enfrascar al cubano en esta lucha, cuando tiene otras batallas más importantes por librar?

Este caso me recuerda a otras icónicas recogidas de firmas en el país. En 2002, había dos fuerzas en Cuba pugnando por el apoyo popular, aunque no en igualdad de condiciones. Por aquellos años, el Proyecto Varela buscaba un respaldo mínimo de la población, a fin de presentarse en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

“Estabas de un lado o de otro pero si sabías lo que te convenía, con la Revolución. En ese momento empezaron las detenciones y las amenazas por parte del gobierno. Debías mostrarte a favor de la Declaración del Carácter Irrevocable de la Revolución, sino te hacían la vida un yogurt” nos cuenta Andrés.

En opinión de Martha, “los cubanos no debimos dejarnos manipular así, sin escuchar siquiera la propuesta, pero si querías vivir en paz, te convenía pronunciarte como se esperaba de ti”.

“Siempre alguien lo saca en una reunión importante. Mi posición no va contra ni a favor, simplemente tengo cosas más significativos para pensar”, nos comenta Patricia, profesora en la escuela primaria Abel Santamaría Cuadrado, de Plaza de la Revolución.

Emilio, por el contrario, tiene intereses particulares con la campaña: “El imperialismo no hace caso de estas cosas, pero participé por gratitud”. No debemos olvidar que muchos profesionales de la isla formaron parte del programa de colaboración en materia de salud  Más Médicos, abierto por da Silva, y cerrado por el gobierno de Bolsonaro. “Así uno trajo lo cosas elementales para la casa además, alcanzó para ahorrar un dinerito”.

Lianet, propietaria de un salón de belleza argumenta: “El destino de Lula no me interesa mucho. En la televisión nacional lo ponen como un Dios pero he visto en canales internacionales la explicación de los delitos por los que cumple”. Mientras Susana, dependienta de una heladería particular asevera que “si el exgobernante de Brasil está encarcelado desde hace un año, por alguna razón lógica será”.

Médicos secuestrados

¿Dónde está la rúbrica ante los eventos que nos tocan de cerca? ¿Cuándo reclamaremos por Assel Herrera y Landy Rodríguez, los dos médicos secuestrados en Kenia?

Hace ya más de seis meses no sabemos de ellos. En los días próximos al suceso, nos prometieron traerlos con vida. Todos fuimos parte del circo para calmar a los familiares. La mayoría de nosotros ya no lo recuerda.

Assel Herrera y Landy Rodríguez seguro perdieron la esperanza. En paradero desconocido desde el 12 de abril pasado, los profesionales dejaron de ser noticia y, según parece, las negociaciones entre ambos gobiernos están en un punto muerto, se agotaron los hilos por dónde tirar. La solución a semejante encrucijada es el silencio.

Andy Pedroso, estudiante universitario, cree saber los motivos: “Un mínimo de información bastaría para saber que Kenia era una nación muy peligrosa para los galenos cubanos, pues sus condiciones de trabajo superaban con creces las de los nativos. El asunto había propiciado varias protestas. Fue una irresponsabilidad consciente mandarlos a ese país, por eso hacemos de la vista gorda”.

El desconocimiento ha mutado en inacción. Marchamos por el orgullo gay, por los animales, por Elián y hasta por Lula si nos lo piden, pero no exigimos, de manera alguna, la liberación de nuestros compatriotas. Si el gobierno cubano es incapaz de traerlos de vuelta,  ¿cómo va a pedirnos luchar por un brasileño?