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Animales

Denuncian envenenamiento de perros callejeros en Lajas, Cienfuegos

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Una carta enviada a JR da cuenta como envenenan en la vía pública a los perros callejeros. A los que recogen, los alimentan con sobras de un policlínico, donde lo único que realmente sobra son cáscaras de plátanos.

Desde Lajas, en la provincia Cienfuegos, escribió a la sección Acuse de Recibo en el diario oficialista Juventud Rebelde una lectora identificada como Yudeni León Alejo, quien pide encarecidamente “compasión por esas criaturas”, y revela hechos verdaderamente dolorosos que hoy, a falta de una Ley de Protección Animal en Cuba, se están cobrando la vida de inocentes animales: los llamados perros callejeros.

Yudeni, residente en calle Camilo Cienfuegos 98, entre Calixto García y José Martí, Santa Isabel de las Lajas, Cienfuegos, afirma en la misiva enviada al diario, “que desde hace años ese municipio es el que más perros callejeros ostenta en la provincia de Cienfuegos”.

Sin embargo, la parte más interesante de su denuncia – y sobre la cual descansa el grueso del artículo – es sobre el hecho de que la remitente denuncia descarnadamente como es que en ese municipio las autoridades solucionan el tema de los perros callejeros, y esto es: matándolos con veneno.

Al hecho y la denuncia, de por sí inhumana y dolorosa, se le agrega otro componente más triste aún: y es que estos “enjuiciamientos”, ocurren en plena vía pública, delante de niños, incluso.

Curiosamente, Pepe Alejandro, ese periodista que desde hace años se nos ha convertido en el plus ultra de la sensibilidad dentro del gremio a la hora de resolver con la pluma los problemas de otros, no ofrece más detalles ni esgrime otras aristas del conflicto.

Descontando el hecho de no haber dedicado más líneas a un problema grave, no le queda a Yudeni ni a ninguno de los lectores de la nota, qué trascendencia tendría una denuncia como esta.

Y es que en días pasados una funcionaria nacional negó a unas protectoras de animales en la isla que métodos similares se estuvieran llevando a cabo en el país.

Al parecer sí, y trabajos sobre el tema parecen encontrar a menudo puertas cerradas, y muy poco amparo legal.

Cáscaras de plátano: ¿alimento para perros?

Yudeni revela en su misiva que el pasado 2 de agosto ella presentó una queja ante el Gobierno municipal. Allí “le dijeron que le darían respuesta, y todavía ella la está esperando”, escribe Pepe Alejandro en su columna.

La mujer habló posteriormente con el responsable de una perrera donde están, ahora, recluyendo a los perros, y este le dijo que en el comedor del policlínico – al parecer el lugar designado para alimentar a los perros – solo había cáscaras de plátano.

La remitente va, luego en su misiva, a un punto clave: “¿por qué Lajas – ¿por qué no todo el país, diríamos acá – no hace una campaña de esterilización masiva de esos animales? ¿Por qué no se les da la posibilidad a las personas que este problema afecta, de tener un lugar donde puedan atender voluntaria y gratuitamente con sus recursos a esos perros, de una forma humana?”

Y expresa luego:

«Hasta cuándo será una tradición ver cómo cazan a esos perros en la calle porque solo andan detrás de algo de comer, para encerrarlos en una jaula y dejarlos morir de hambre y sed, sin un rastro de compasión?».

Sin Ley de Protección Animal, no habrá destino honorable para estos perros

Muy poco dice una nota sin una triste verdad que no diga esto: Cuba, precisa ya, de una ley de protección animal.

Esta debería ser la base de todo argumento. Un argumento legal que proteja a los animales, a sus dueños, y que nos proteja de aquellos que lanzan los animales a la calle.

Una ley que exija y sancione a quienes matan en la calle, con veneno, o matan de hambre en una perrera, a los perros. Sea una entidad privada o estatal. Sea una persona común y corriente, o un empleado estatal. O un funcionario que da una orden.

Lamentablemente sobre el tema se habla poco, y se dice menos en la prensa oficial.

Mucho menos aún se emplaza a los funcionarios responsables de estos desmanes. Asesinar un animal, envenenándolo en la vía pública, delante de otras personas y de niños, solo contribuye a incentivar el lado animal de los seres humanos, y no a edificar una sociedad justa y con respeto hacia la vida de estas nobles criaturas.

En días pasados se habló, en la red social de Facebook, de un juego macabro: “pescar al gato”. Unos niños en la zona del puerto de La Habana, utilizan varas de pescar, con un trozo de carne en la punta, y se lo lanzan a los gatos. Una vez “pescado el gato”, lo zarandean y se divierten con el animal, halándolo, delante de todos.

Muy poco podrán hacer los adultos regañando a estos infantes sobre tan deleznable acto, cuando un “carro oficial”, con “una persona oficial” y un “uniforme oficial” viene, y delante de todos, envenena a los animales callejeros.

por Roberto A.


 

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