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Cuba

Embajador cubano califica de “chapucería” trabajos hechos en acera de La Rampa

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El embajador de Cuba en Austria, Juan Antonio Fernández Palacios, muy conocido entre los cubanos por ser el autor intelectual de la frase “Con Cuba no te metas”, que se volvió viral en las redes el pasado año con hashtag incluido, no pudo sustraerse al inmenso dolor que debió representar para sus ojos ver la gran chapuza perpetrada en la emblemática acera de La Rampa, en La Habana, por obreros de la Empresa Eléctrica de La Habana.

Juan Antonio, acostumbrado en Twitter a enfilar los cañones “hacia afuera”, esta vez apuntó el “cuatro bocas” hacia dentro del país y se sumó a la ola de indignación que se ha desatado en las redes sociales por el infortunado trabajo en la emblemática acerca capitalina.

El hecho, que a una semana de haberse realizado sigue despertando incomodidad entre los cubanos, no solo no ha sido abordado por la prensa oficialista o por los periodistas del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, sino que tampoco ha suscitado el más mínimo comentario explicativo por parte de la empresa responsable de las obras.

El embajador Fernández Palacios comentó en su cuenta oficial de Twitter: “Esta no es La Habana que nos merecemos. Esto se llama chapucería de indolentes”.

“Atención autoridades de mi Habana. Es La Rampa. Es una acera patrimonial”, agregó el funcionario.

Bien por el embajador, que además divulgó varias imágenes del desmadre cometido en la acera; las mismas imágenes que desde hace varios días se comparten en las redes sociales.

Hay una de ellas en especial, en la cual se aprecia la huella de un zapato hecha sobre el cemento aún sin fundir. Si todas las imágenes resultan dolorosas a la vista, esa, como diría Sor Juana Inés de la Cruz, es “la peor de todas”.

Lo peor de todo es que los obreros de la Empresa Eléctrica no parecieron tener en cuenta no ya el sentido común, que a veces falla en los humanos, sino que además pisotearon el respeto que se merece una acera donde, incluso hay hasta obras de arte. En una de las imágenes se aprecia como en uno de los trabajos “le picaron cerquita” a una de esas obras de plástica que engalanan y hacen única en el mundo entero, a la Rampa Capitalina.

Y si a los trabajadores de la Empresa Eléctrica les hubiese importado madre llevarse por delante cualquier cerámica de estas – ya fuera la de Raúl Martínez, la de Mariano Rodríguez, la de Amelia Peláez, o la de Sandú Darié, a sus jefes les ha importado un comino darle una explicación al pueblo capitalino y a Cuba toda.

Esperemos que con la denuncia del embajador Fernández Palacios, uno de los más activos en la diplomacia cubana alguien se sienta aludido, o un “cuadro alto del gobierno” salga a pedir explicacione y una reparación capital.

Roberto A.

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