EEUU: Camarera recibe una propina de mil dólares (+video)

La camarera de un restaurante ubicado en el 5215 W Clearwater Ave # 114, Kennewick, Washington, recibió $ 1,000 de propina en un hecho que muestra cómo la covid-19 le ha cambiado la vida a muchos. La gente se ha vuelto más generosa y espléndida con los llamados trabajadores de servicios.

Especialmente con bartenders y camareros, que han vivido toda una vida de la propina. Ahora, con el azote de la pandemia del coronavirus, estas personas han visto como los lugares donde han trabajado toda una vida han cerrado o trabajan a poca capacidad.

Y es que sin dudas este tipo de negocios han sido los más perjudicados en época de pandemia; y sus trabajadores han tenido que reinventarse en otras labores. O mudarse a apartamentos más pequeños.

Algunos han tenido que vender objetos valiosos; refinanciar sus deudas con el banco, otros no han tenido tanta suerte.

Una que sí tuvo suerte, porque sus clientes reconocieron en ella lo duro que lo ha pasado es Cassy Palmer.

Esta dependiente lleva dos años como camarera en el Village Bistro, y recientemente, mientras servía una mesa durante su turno regular recibió una grandísima sorpresa.

En la mesa había ocho vasos rojos; todos virados bocabajo. Los clientes le pidieron a Cassey que los virase.

Cuando viró el primero encontró varios billetes de 20 dólares. Los recogió y dio las gracias pensando que esa era toda la propina; pero no, había más para ella. Dentro de cada vaso había dinero. En total, 1000 dólares.

Cassey es una adicta en recuperación. Consumía alcohol y drogas desde los 19, pero hace dos años que encontró ese trabajo y se ha mantenido sobria. Enfocada en tener una mejor vida.

Dice que han sido los clientes y la comunidad lo que le ha permitido seguir adelante sin caer en la adicción.

“Este ha sido el mejor lugar para trabajar, gracias a la comunidad y los clientes, y todo el mundo es tan bueno que es como una familia aquí”, explicó al medio que la entrevistó,  KEPR.

Cassey también fue una sin techo durante mucho tiempo. Sin embargo, cuenta, jamás le faltó la fe en Dios y dice que su familia en el restaurante Village Bistro la ha mantenido encaminada.

Kara Vogt, la propietaria de Village Bistro, ha sido como un hada madrina para ella porque le dio esa segunda oportunidad que todos merecemos. Cassey, en reciprocidad, manifiesta Kara, siempre ha estado lista para dar un paso al frente y trabajar a pesar de los cierres y los cambios.

“Fue la primera en decir: haré lo que necesites que haga, trabajaré cuando me necesites, lo que sea que estemos haciendo, lo haré”, explicó Vogt.

En cuanto a los que le dieron la abundante propina… fue un grupo de mujeres de negocios, que simplemente hicieron la diferencia en esta época de pandemia y quisieron ayudar a la generosa camarera con una “pequeña” propina.

Ariel P.

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