Díaz-Canel insiste en reconocimiento a emigrantes

Tanto en Irlanda como en Bielorrusia, Díaz-Canel ha insistido en que su gobierno busca acercarse a la emigración cubana, e incluirlos en esa especie de consigna que a cada rato él promueve: “Pensar como país”.

Sin embargo, la realidad parece contradecirlo. Y el pasado también. Ha existido durante 60 años un sentimiento de cerrazón y negación tan grande en Cuba con relación a los que se han ido, se van, e irán, que Díaz-Canel podrá decir una cosa, pero “en la concreta”, no hay materialización alguna de ese, su pensamiento.

En Irlanda, las cosas fueron hasta de risa. Una emigrada, al parecer más vinculada a La Habana que el resto de los presentes en el encuentro con Díaz-Canel, aseguró haber votado el pasado 24 de febrero. Es más, lo agradeció y todo, justo segundos antes que Annarella Grimal, la cubana que minutos después le pidiera a Díaz-Canel más tolerancia e inclusión con quienes piensan diferente, le dijera: “¿Tú votaste? Yo no”.

Las cosas se han comportado más o menos igual en Bielorrusia -o Belarús, como quiera Ud. llamarle-, país donde Díaz-Canel volvió a reunirse con un grupo de cubanos emigrados. Y nuevamente insistió en su idea.

Varios internautas comentaron, tras ver las fotos de Díaz-Canel junto a un grupo de cubanos, que el acto era como aquella canción de Los Van Van que decía “pura vestimenta”.

La cuenta en Twitter de la Presidencia de Cuba dijo que “una vez más, como en las otras ocasiones en que ha visitado tierra extranjera, el presidente Díaz-Canel, en encuentro con cubanos residentes en Belarús, ratifica que Cuba trabaja para que los cubanos donde quiera que estén y así lo sientan, sean parte de nuestra nación”, y recibió cientos de criterios entre los que destacó uno que parece haber sido escrito por Manolín el Médico de la Salsa.

https://twitter.com/PresidenciaCuba/status/1187126041023778818

“Yo quisiera que me dijera a mi en mi cara que no se discrimina ni se excluyen ni se violan los derechos de cubanos por pensar diferente, es pa´agarrar un palo y caerle a palos a los mentirosos”.

@torucho1 cuestionó que los cubanos “tengan que pagar un pasaporte tan caro que cuesta $400.”

“¿Por qué haces pagar una prórroga de $200. Por qué los cubanos tienen que pedir permiso para entrar a su nación como tu dices?”, cuestionó el internauta.

Díaz-Canel, según lo veo yo, parece estar llevando una agenda y quienes andan detrás de él otra diferente o al menos con reticencias.

Muestra de ello es lo sucedido en Irlanda, cuando la cubana Annarella Grimal le dijo que “necesitamos escuchar más y que “necesitamos incluir a todos los cubanos porque es que la buena y la mala vibra no se define por una ideología” y que “no podemos hacer de la ideología el centro”, instantes después su canciller, en lugar de felicitarla por su “inclusivo” planteamiento le preguntó a lo Stassi:

“¿Cómo tú te llamas?”

por Roberto A.