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La NTSB reveló ayer martes en Washington DC las conclusiones de una investigación que demoró más de 18 meses en explicar las causas del desplome de la estructura, y la muerte de seis personas.

Un error en la elaboración del diseño del puente de la FIU (Universidad Internacional de Florida) causó el colapso de la estructura, reveló un informe elaborado por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés). Dicho esto se supone que “la bola” de la culpabilidad pudiera caer en otras manos, a pesar de que en el desplome estuvieron involucrados más de una empresa.

A esa conclusión han llegado las autoridades federales que, por suerte, también mencionan a las empresas contratadas para la supervisión de la obra.

La NTSB reveló ayer martes en Washington DC las conclusiones de una investigación que demoró más de 18 meses en explicar las causas del desplome de la estructura, y la muerte de seis personas. Como recordarán todos, el puente peatonal de la FIU se vino abajo en marzo del 2018 y desde entonces muchos en Miami se preguntan cuándo los culpables – el o los que sea – serán llevados a juicio.

News Release: Load, Capacity Calculation Errors, Inadequate Peer Review Led to Pedestrian Bridge CollapseWASHINGTON…

Posted by National Transportation Safety Board on Tuesday, October 22, 2019

Al parecer, según el informe, el máximo culpable en el desastre sería la firma FIGG Bridge Engineers, Inc (FIGG). Esta obvió, omitió o calculó de forma errónea la capacidad de carga que podía soportar la estructura.


Lo más interesante de este desastre que sin dudas es uno de los peores en la historia de la ingeniería estadounidense del presente siglo, es que numerosas voces, como las de Robert Sumwalt, director de la NTSB, alertaron sobre fallas -grietas- en la estructura antes de que este se viniese abajo.

“Dije que el puente le ‘gritaba’ a la gente que algo estaba mal y fue ignorado“, aseguró Sumwalt a Telemundo 51.


Por si fuera poco, detrás de este fallo vino una mala auditoría de la firma Louis Berger, que no detectó los errores de cálculo en el diseño del puente; y ¿finalmente? llegaron Munilla Construction Management (MCM), contratista principal de la obra; Consultores Bolton, Pérez y Asociados; FIU y el Departamento de Transporte de Florida, para ponerle la tapa al pomo. Algo tan simple como cerrar la Calle 8 en el momento en que se ejecutaban las pruebas de tensión apuntaló el fatal desenlace.

Semanas antes del desplome otros trabajadores reportaron un fuerte crujido en la estructura. Sin embargo, según se puede leer en el informe, los ingenieros les aseguraron que esto “podía repararse”.

El informe destaca además el hecho de que un trabajador reportó las grietas en el puente de la FIU, calificadas ahora de “severas”, a instancias superiores. No lo hizo verbalmente; el hombre envió fotos que mostraban los defectos a los mandos superiores. Estos no le dieron importancia, y tampoco sugirieron cerrar la calle por precaución.

Fue entonces cuando el 15 de marzo del 2018, mientras se tensaban las varillas de acero, el puente de desplomó.

A partir de entonces, comenzaron las acusaciones entre todos los involucrados.

Esperando un acuerdo de compensación, las instancias judiciales esperan

Munilla, a inicios de año, se declaró en bancarrota para evitar así una debacle financiera. En mayo acordó con las aseguradoras poder pagar más de 42 millones de dólares a las víctimas; pero meses después, y a pesar del desastre en el que tuvo gran responsabilidad y estar en bancarrota, le fue concedida, por unanimidad en los votos de los concejales de Miami, la licencia para la prolongación de un contrato en las inmediaciones del aeropuerto de Miami.

La empresa, para limpiar un poco su imagen dijo que “en más de tres décadas de operaciones” no habían sufrido un evento de este tipo, y aseguró que continuarán “trabajando de cerca con las entidades involucradas para encontrar una solución”. ¿A qué solución se refieren? A otro puente quizás, porque ya a las víctimas no se les podrá devolver la vida.

Parte del problema por el cual aún no hay culpables tras las rejas o ante un juez, es que entre todos los involucrados estarían buscando llegar a un arreglo con los familiares de las víctimas, pero la firma Louis Berger aún no ha llegado a un acuerdo para hacerlo. Esta empresa está acusada de muerte injusta y lesiones personales, al igual que otras compañías y personas relacionadas con el accidente. La razón es que la empresa se encuentra en quiebra y un tribunal en la materia también se encuentra supervisando el caso.

¿Cuándo, quiénes y cómo pagarán por eso? Aún está en el círculo de espera.

PD: el informe de la NTSB puede ser descargado aquí.

por Roberto A


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