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¡Así va el mundo!

Un joven de 27 años en la India planea demandar a sus padres por haberlo concebido sin su consentimiento, a pesar de que “para dar su consentimiento” este debió haber nacido y haber sido concebido primero, como indica la lógica.

Sin embargo, por muy descabellado que parezca es cierto, y así lo dice el diario The Print, que además argumenta que el joven es integrante de un grupo “antinatalista” que cada día gana más adeptos en la India, un país con 1,339 billones de habitantes según el último censo efectuado en el 2017.

Si bien es lógico que, dada la alta cifra de habitantes de un país económicamente pobre, colonia inglesa hasta el año 1947 y que se instauró como república el 26 de enero de 1950, exista una tendencia a prevenir que parejas tengan numerosos hijos, la demanda de Raphael Samuel, quien alega que “ama a sus padres” parece ser ya demasiado, pues forma parte de una ideología que incluso asegura que “tener hijos no es moralmente correcto”.

“Amo a mis padres, tenemos una gran relación, pero me tuvieron para su alegría y su placer”, comenta en el rotativo Raphael Samuel.

El joven dice que su vida “ha sido increíble” – gracias a sus padres primero que todo, evidentemente -, pero cree que el stress de la vida – y habla de ir a la escuela y luego encontrar una carrera universitaria” es demasiado, especialmente para que personas que nunca pidieron existir.

Más adelante expresó que ningún niño le debe nada a sus padres.

El Movimiento Voluntario de Extinción Humana – que es como se llama este grupo antinatalidad – tiene unas ideas bastante contrarias a lo que uno pudiera pensar como “moralmente correcto”.

Por ahora se consideran “voluntarios y no violentos”, aunque algunos de sus mensajes causan escozor entre quienes los leen y escuchan.

Frases como “tus padres te tuvieron en lugar de tener un juguete o un perro”, “un niño es el deseo de un padre” o “eres el entretenimiento de tus padres” son especialmente difíciles de entender en un mundo cada vez más necesitado de amor.

Lo peor, puede verse entonces luego cuando entran a formar parte del extremismo aquellos que llegan incluso a afirmar – dentro del Movimiento Voluntario de Extinción Humana – que “la procreación es el acto supremo del mal”.

Algunos, sin embargo, se mantienen más cuerdos y se han incorporado al mismo con la esperanza de concientizar sobre los peligros que acechan al planeta madre, Tierra, ante una superpoblación. Otros, lo hacen, alarmados por la gran cantidad de bebés que en lugares como el África, o la propia India, viven toda su vida en orfanatos, tras haber sido abandonados por sus padres al nacer.

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