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Cuba

Cubanos no, extranjeros sí; ¿un nuevo caso de discriminación en La Habana?

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A un grupo de cubanos les fue negada la entrada a un bar de la Habana Vieja bajo el pretexto de que “el pase” que llevaban en sus manos era falso, y minutos después les fue permitida la entrada a un grupo de extranjeros que no portaban pase alguno, excepto el pase universal conocido como “Franklin”; o lo que es lo mismo: MUCHO DINERO.

Así, grosso modo, se resume la historia o supuesta vivencia discriminatoria vivida por la joven cubana Maite Alboniga. La joven llegó al bar “El Elegguá” en compañía de tres amigos gays, cubanos todos, con un volante – o especie de pase – que supuestamente se distribuye de manera reservada entre ciertos círculos íntimos para acceder al local, ubicado en la Calle Aguiar # 209.

La organización autónoma Alianza Afro-Cubana denunció el hecho a través de las redes sociales y explicó que, apenas los cuatro jóvenes mostraron el volante en la puerta, el custodio del lugar les dijo que este era falso, y que por tanto el acceso quedaba prohibido.

Lo más interesante sucedió después, cuando un grupo de extranjeros, entre los que se encontraban varios mexicanos y alemanes, llegó al lugar y, aunque no tenían el famoso volante de marras en la mano, entraron sin ningún inconveniente.

Maite Alboniga reveló en Facebook que el famoso volante que ella tenía se lo había dado un trabajador del bar ese mismo día en la tarde, por lo que evidentemente no era falso. En lo absoluto.

“Que te digan en tu cara que el volante tuyo es falso y cuestionan quién te lo dio cuando alguien que conoces y trabaja ahí te lo da el mismo día y en tu cara pasen extranjeros con el mismo volante….cómo llamas a eso?”, dijo Alboniga en su comentario de Facebook.

Casos como estos no son aislados en la capital cubana. Con el aumento del sector privado, aumenta también las…

Posted by Alianza Afro-Cubana on Sunday, May 26, 2019

El fenómeno no es nuevo. Sitios como el Bar EFE, y el Kingbar, ambos en La Habana, han sido acusados en el pasado de prohibir el acceso a sus espacios a personas de la comunidad LGBTI+. Lo hacen basándose en su criterio en función de la raza o la identidad sexual, o ciudadanía.

Se escudan bajo el argumento de que “la casa se reserva el derecho de admisión”, pero la realidad es otra. Tiene raíces, emanadas desde el propio estado; porque, ¿qué otra cosa, sino eso mismo sucedía en Cuba durante los años 90´cuando se discriminó la entrada a lugares a los cubanos y sin embargo a los extranjeros no?

Bajo criterios elitistas de posición social, de ciudadanía, de preferencias sexuales y raza se han prohibido acceso hasta a sitios del estado. Toda una generación de cubanos nació y vivió habituada a que esta discriminación fuese lo más normal del mundo. Entonces, la reclamación debe ir mucho más atrás en el tiempo; mucho más arriba. Pero, bajo el marco legal actual, la indefensión del consumidor es pasmosa.

Este triste episodio – al parecer – no pasará de ser una queja más. Lamentablemente dentro de las leyes cubanas, los organismos de instrucción y abogados, sucesos como estos no son siquiera tenidos en cuenta para ir ante los tribunales.

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