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El maridaje entre el gobierno de La Habana y su homólogo de Trinidad y Tobago por un lado, y el Alto Comisionado para las Naciones Unidas y Refugiados (ACNUR) por el otro, mantiene desde hace meses en un limbo migratorio a decenas de cubanos que vienen solicitando reiteradamente en la pequeña isla del Caribe, que se les otorgue el status de refugiados.

A algunos de ellos ya se les ha otorgado tal reconocimiento pero, todavía no han podido incorporarse de manera plena a una vida social útil. Algunos no tienen derecho a trabajar; otros, tienen hijos a los cuáles no se les ha otorgado el derecho a asistir a un colegio.

Los cubanos, en bloque, han hecho hasta lo indecible para llamar la atención sobre su caso. Se han encadenado, han hecho huelga de hambre, han salido a la calle a protestar, y más recientemente se ataron las manos en la verja del edificio de la ONU en la isla.

Muchos viven en la calle, aseguran, y hasta han sido objeto de vejámenes por las autoridades trinitarias, y hasta de asaltos. A una mujer que dormía este martes en la calle fue asaltada a punta de pistola en las últimas horas. La denuncia fue realizada por el periodista Ricardo Quintana.

“Estábamos durmiendo y a esta mujer le pusieron una pistola en el pecho y le quitaron el teléfono. Hago responsable a Acnur de lo que le pase a los refugiados’, denunció una mujer a través del lente de la cámara.

“Ellos son los culpables, somos refugiados de ACNUR”, expresó la mujer entre gritos.

De acuerdo con imágenes divulgadas por Quintana, los cubanos acampan a pesar del Sol y la lluvia frente a estas oficinas, en espera de una respuesta, por parte de la ACNUR a su terrible situación.

La isla del Caribe se convirtió en un destino ¿seguro? para decenas de cubanos emigrantes una vez que las autoridades trinitarias suspendieran el requisito de VISADO para acceder a la isla.

Varios cubanos juntaron algunos ahorros y marcharon hacia ese país con la esperanza de rehacer sus vidas. Sin embargo, las condiciones no les han sido del todo favorables. Muchos de ellos sobreviven con ayudas que a cada rato organizan otros cubanos residentes en el exterior, y hasta hacen colas frente a la ACNUR para obtener beneficios alimentarios.

El jueves pasado una de ellas debió ser trasladada hacia un hospital de Puerto España, luego de sufrir un desmayo frente a las oficinas de Living Water Community (LWC), la organización local que representa a la Living Water Community (LWC), la organización local que representa a la ACNUR en Trinidad y Tobago.

De acuerdo con el testimonio de una refugiada venezolana, la mujer cubana llevaba dos días haciendo cola para recibir la ayuda que se le da a los refugiados.

 

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