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Cocina

Ahora en EEUU hace arroz con perro caliente “como si estuviese en Cuba”

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Una cubana identificada como Mayelín González, residente en la Florida, decidió como se dice “matar un enano”, y se dispuso a hacer el pasado fin de semana un plato al que los cubanos, un día, deberíamos hacerle un monumento: al arroz con perro caliente.

Como todo cubano que se respeta, Mayelín se metió en la cocina e hizo lo que sin dudas durante el llamado Período Especial y después de este ha sido un verdadero salvavidas en la mesa del cubano. Aunque ahora, claro, con todos los ingredientes en la mano.

¿Quién, pregunto yo, deseoso de hacer un plato “exquisito” en medio de las carencias económicas en Cuba, no se las dio de chef un día y tiró un arroz con perro caliente? ¿Quién, pregunto yo, un día, no le pareció estar en un restaurante y se comió hasta la raspa de un arroz con perro caliente hecho en la casa?

Mayelín, residente en Tampa y madre de dos preciosas niñas, recordó su época de “Chef” en los años en que vivió en su apartamento del primer piso, en los edificios que estaban cerca del Hospital Provincial y de la Piscina Olímpica.

Cerca lo tenía todo. A Jose, que vendía la carne de puerco. A Cheo, que hacía los chicharrones. Al viejito del ají cachucha que todos los días pasaba por el barrio con su saco al hombro vendiendo lo que sin dudas es indispensable para unos buenos frijoles. Y también tenía a aquel que pregonaba: “Ajo Porro y Culantro; fresquecitooooooooooooo”.

Ahora, aunque lejos “del barrio”, y seguramente con más opciones “culinarias”, Mayelín decidió recordar los buenos tiempos; darle un tiro a la nostalgia y satisfacer su paladar con un delicioso arroz con perro caliente.

https://www.facebook.com/mayelin.gonzalez.127201/posts/307116760574410

Su ejemplo, porque los cubanos somos de esos que vemos hacer a alguien algo y enseguida queremos hacerlo nosotros también, inspiró a una amiga, quien también echó mano a la vieja receta.

Decía un amigo que lo mejor que el arroz con perro caliente tenía, es que el vapor “inflaba al perro” y que rendía más que si se comía solo.

Sin dudas los cubanos aprendimos como hacer “más con menos” y esta receta que Mayelín nos trajo de vuelta, sin dudas debería ser patentizada dentro de la historia culinaria de la nación cubana.

por Ariel P.

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