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Cuba: Jabón y desodorante se quieren casar

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El jabón y al desodorante son como “un matrimonio mal llevado”. Desaparecen como si fueran a pegar un tarro; y reaparecen, de pronto, sin avisar del regreso.

El desodorante apareció en Jagüey Grande, aunque en moneda libremente convertible y en La Habana, la fábrica Suchel-Camacho aspira a completar este año 77 millones de unidades; algo así como 7 jabones anuales para cada cubano, aunque con el bajo gramaje -100- está destinado a desaparecer en una semana. La lógica indica que, si se pudiera, cada hogar cubano casaría al desodorante con el jabón, pero la realidad supera los deseos en los hogares cubanos.

Ambos productos, junto a la pasta dental, son como Los Tres Mosqueteros del aseo; los tres están un poco perdidos.



En el caso del jabón de tocador Daily, estamos hablando del producto líder de la empresa.

Su “bajo precio” y la moneda en que se comercializa lo ha hecho el preferido de los cubanos que también han encontrado en el Rexona de 125 gramos, que se vende a 0.60 CUC un rival para la competencia. Ambos se fabrican en el mismo lugar: en la empresa mixta Suchel Camacho S.A.

Jabón Rexona de 125 grs, se vende en $0.60 cuc

En una entrevista que concediera al portal Cubadebate Mercedes Priede González, Jefa del Departamento de Comunicación y Marketing de la mencionada entidad, esta explica al medio que del jabón Daily, el año pasado, se fabricaron 17,9 millones de unidades. El “salto” a las 77 millones de unidades es posible, teniendo en cuenta que, al cierre de agosto, ya se habían producido 41.3 millones de unidades del producto.

El Daily entra dentro de la línea destinada al MINCIN la marca “Daily”; al tiempo que “S&C Natural”, tiene como objetivo la venta a la Cadena Caribe, la Corporación Cimex y a La Empresa Comercial Caracol S.A.

Otra opción que tienen los cubanos es el jabón Rubis, traído desde Turquía; un jabón de apenas 75 gramos que se comercializa a 0.30 CUC.

Jabón Rubis turco. De 75 grs a $0.30 ctvs.

Su bajo precio conspira contra “su calidad”.

“No es que sea malo, es que se vuelve baba enseguida. En un núcleo familiar de dos personas, eso no dura ni 3 días”, explica desde La Habana una colaboradora.

Desodorante desaparecido, reaparece como fantasma

En el municipio de Jagüey Grande, provincia de Matanzas, una tienda en MLC amaneció “rellenita” de desodorante, un producto que, según el testimoniante, hacía meses que se había desaparecido de la zona.

“En Jagüey Grande hacía meses que no había desodorante en ninguna tienda del municipio. Hoy de repente apareció, pero en la nueva tienda MLC, para aquellos que reciben divisas del exterior”, escribió el joven en Facebook, aunque por su tono se le veía indignado. La causa de su indignación es simple: el desodorante apareció “en divisa fuerte”.

Es por ello que ese que llaman “cubano de a pie”, que no es otra cosa que el cubano “común y corriente”; el que no tiene acceso a las divisas por no poseer un familiar que le envíe dólares desde el extranjero, deberá adquirir primero la moneda “extranjera”, y luego comprar el desodorante.

“El problema de esta “conversión” monetaria es que muchas de estas personas tienen que hacer varias colas; para la Cadeca, para hacerse la tarjeta AIS… en estos momentos de coronavirus, estar en una cola es un peligro; la gente está contrariada, desconcertada. Hay muchos ancianos que pelearon y lo dieron todo, La Sierra, clandestinidad, alfabetización, Girón, y hoy no tienen nada,” explica desde Cienfuegos, Pedrito, otro colaborador nuestro.

Pedrito, por suerte, dice que desde el Período Especial en su casa no se ha perdido la costumbre de “convertir” la astilla de jabón en “detergente”, y califica al jabón y al desodorante como “un matrimonio mal llevado”.

Al hablar de jabones afirma con orgullo:

Aquí (su casa) no se pierde ni la baba. La baba la cogemos para fregar“, explica vía telefónica este cienfueguero que a menudo le da gracias a la vida porque su casa, asegura, es una delicia por el viento que constantemente sopla y por el puntal alto que posee.

No imagino esas casas de puntal bajo, techo de tejas de fibrocemento, donde la gente suda como si estuviesen en una jornada agrícola. De verdad no imagino cómo pueden hacer con el tema del jabón y el desodorante. Los que son pobres, como yo, no sé ni cómo los compran“.

por Ariel P.

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