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Cuba: “el sistema usa a las familias como primer organismo represivo”

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Uno  de los artistas del 27N explica su experiencia de estos últimos meses. En Cuba, las familias son usadas por el poder para intentar silenciar al que piensa diferente

Confiarán en la desmemoria de algunos. Supongo. En la inconsistencia de determinados recuerdos. Quizás. Porque si no, no se entiende. El gobierno de la isla no debería jamás referirse a quienes instigan el odio. No les conviene. La historia después de 1959 en Cuba está llena de intrigas y de conatos para desmembrar a las familias.

Bastaría mencionar los sucesos de la embajada del Perú en abril de 1980 y aquellos padres que renegaron ante las cámaras de sus hijos para salvaguardar su apego a la Revolución; o la crisis de los balseros en 1994 e historias de gente borrada del álbum familiar; y un larguísimo etcétera. Los que detentan el poder desde 1959 son capaces de todo.

Este divide y vencerás lo han intentado también con los artistas que hicieron el plantón frente al Ministerio de Cultura el pasado 26 de noviembre.

El joven cineasta José Luis Aparicio Ferrera, miembro del movimiento 27N, ha compartido en su perfil de Facebook lo acontecido desde entonces en su hogar y con sus amigos.

Lo que describe José Luis está pasando ahora mismo en Cuba, en el siglo XXI, y es desesperanzador. Porque es siniestro que pasadas seis décadas los métodos para mantener a la gente silenciada sean los mismos. Siguen queriendo destruir familias, con el único fin de perpetuarse.

“Nada me ha afectado más en estos últimos meses que no poder cenar con mis padres sin que la paranoia, la preocupación y la tristeza me impidan digerir, fluir al lado de ellos. Ahora no basta con bloquear a mis padres en Facebook, pues mis amigos también me piden, casi disculpándose, que bloquee a los suyos. Es solo para evitarles discusiones innecesarias. Ya es bastante defenderse a sí mismos como para gastar energías defendiéndome. Y yo los entiendo, hago lo que me piden: voy y los bloqueo. Les regalo esa carga de menos en estos tiempos donde todo nos pesa. ¿Qué no haría yo por ellos?

“Los comprendo y pienso lo jodido que es vivir en Cuba. Lo perverso de un sistema que utiliza a las familias como el primer organismo represivo. Que instrumentaliza el miedo y el amor de los padres para hacer más contundentes sus efectos. El horror apoyado en la mano que te cuida, que te protege. Que prefiere que no salgas de casa, que no cumplas tus sueños, que no seas libre, con tal de mantenerte seguro y alejado del escarmiento. Ese temor de nuestros padres al escarnio público, a la vergüenza, al honor de la familia venido a menos, al cambio de la forma de mirar de sus compañeros de trabajo… Un mecanismo macabro que conduce a tus padres a desear, para ti, la no-vida, la cárcel de lo mediocre, la muerte total de los deseos”.

El cineasta resume así en su post como en Cuba se busca que las familias vayan, sin proponérselo, contra los que solo quieren ser libres y pensar:

“Complazco a mis amigos porque, al fin y al cabo, yo he hecho lo mismo. No hay diálogo posible, no te entienden. O al menos, es un margen bien escaso. Pueden darte, incluso, la razón en lo que piensas, pero nunca podrías convencerlos. Así es como el cariño se vuelve un chantaje. Así es como el amor se torna opresivo. Y ellos sin saberlo”.

José Luis Aparicio Ferrera es uno de los directores -junto a Fernando Fraguela- del documental Sueños al pairo (2020), que cuenta una etapa de la vida del músico cubano Mike Porcel.

Andreu Romero

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