Otra vez se derrama detergente en la calle, otra vez cubanos lo recogen

Las imágenes se repiten. Todo lo que caiga en la calle y que pueda ser recogido y reutilizado, le viene bien a los cubanos. Puede ser detergente o aceite de comer -sí, en Cienfuegos, en el 2018 se derramó aceite comestible en la calle y cienfuegueros vecinos de la zona del Boulevard lo recogieron- o arroz, o huesos de res. Ya les digo, la imagen es recurrente.

La última vez que tuvimos constancia de algo similar en La Habana fue en mayo.

Un grupo de cubanos se dio a la triste tarea de recoger detergente derramado en la Calzada de Güines, en el municipio San Miguel del Padrón, luego de que se volcaran accidentalmente unos tanques de detergente a granel.

Una imagen mostraba al grupo de personas tiradas por el suelo, recogiendo el detergente, e impactaron a miles de cubanos. Era la muestra más fiel del desabastecimiento y de la necesidad por “resolver” un producto en déficit, y no pagar un centavo por ello.

Ahora, el hecho ha vuelto a repetirse, decíamos, y sucedió cerca de de la calle Obispo, en la Habana Vieja.

Un camión derramó un tanque de detergente líquido el pasado martes y  los vecinos se lanzaron a recuperar la mayor cantidad posible del producto.

Armados de cubos y jarros los cubanos se dieron a la tarea de agenciarse el detergente líquido derramado en la calle, el cual tal vez no les sirva para lavar pero para fregar sí; y también para “baldear” la casa.  Y hasta para hacer jabones, si supieran cómo.

“Saben qué es esto? No me van a creer. Saliendo de casa de un amigo por la calle Obispo, un camión derramó un tanque de detergente líquido. Todos al abordaje en la calle con cubos y jarros. Yo pude coger esta jabita, 1 litro y medio. Pero lo gracioso es que al fin pude descubrir la ventaja de tener baches en las calles. Todo el detergente se acumuló allí y paaaann… ¡Sirvió de algo!”, dijo en Facebook un cubano que compartió la foto de la jaba de nylon donde echó el detergente.

Lo sucedido me recuerda aquella frase que de niño en Cuba nos enseñaron y que nosotros nos repetíamos cuando un alimento se caía al piso, lo recogíamos del suelo y lo llevábamos a la boca: “lo que no mata, engorda”.

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por Ariel P