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Las redes sociales se llenaron de videos de la inauguración del Mercado de Cuatro Caminos, que duró pocas horas abierto

Las imágenes de lo ocurrido durante la inauguración del Mercado de Cuatro Caminos el pasado sábado conforman una realidad, innegable, que el gobierno cubano se empeña en tratar de ocultar. Mucho más lo han hecho en los últimos días, cuando La Habana llegaba a sus 500 años e ilustres visitantes recorrían sus calles.

Pero las redes sociales se han convertido en un altoparlante eficaz. Los videos de lo sucedido en Cuatro Caminos se postearon, y mucho, en Facebook. Filas, largas filas, que terminaron en tumultos. Los cubanos se empujaban unos sobre otros para alcanzar los productos en el mercado recién abierto.

Era notable además la presencia de numerosos agentes policiales. Más de uno podría preguntarse, con suspicacia, si alguien adelantó que algo así podría ocurrir.

El desabastecimiento prolongado en las tiendas cubanas, desde antes ya que se anunciara la “situación coyuntural”, y la promesa de un Mercado de Cuatro Caminos colmado de artículos para su reapertura, marcaron la inauguración. Cuando las puertas se abrieron, el caos reinó. Según testimonios de testigos, dos puertas fueron destrozadas, varios ancianos cayeron al suelo, algunos estantes se derrumbaron y varias personas sufrieron fracturas y debieron ser atendidas.

Pocas horas después, una nota de la dirección del mercado publicada en la cuenta de Facebook de la Corporación CIMEX, anunció el cierre del Mercado de Cuatro Caminos y que recesaba sus servicios hasta “la próxima semana”. “Es correcta la decisión como resultado de la indisciplina y el maltrato a la instalación”, concluían los directivos de CIMEX.

El Mercado de Cuatro Caminos está localizado en la manzana de las calles habaneras de Monte, Cristina, Matadero y Arroyo. Estuvo cerrado cinco años antes de esta reapertura, que dejó lamentables imágenes.

¿Cómo se llenaron los estantes de Cuatro Caminos?

Entre la población de los municipios habaneros, días antes de la reapertura de Cuatro Caminos, corría el rumor de los vacíos en los agros estatales. En pos de aparentar que el emblemático comercio capitalino volvería a funcionar con un suministro impresionante, se comenta que se recogieron los productos de los puestos distribuidos en diferentes zonas de la ciudad para llevarlos hasta allí.

“Tú sabes cómo es esto, ahora todo fue para allá. Es el centro de la noticia hasta que pasen unas semanas, se desabastezca, como todo aquí, y empiece a destruirse poco a poco, porque está en un terreno caliente. Pero bueno, ya veremos”, cuenta Orlando Cáceres, vendedor en 17 y F.

Una situación similar se dio en el conocido EJT de la calle Tulipán, en Plaza de la Revolución. “Esto es por lo que les dé a ellos. Como mismo dejaron las tiendas tradicionales sin un equipo electrodoméstico y los llevaron para los nuevos locales, a donde es desesperante llegar, así  han hecho con las viandas, los vegetales y las frutas. No he visto las tarifas del recinto restaurado pero en realidad no me interesan. Yo cada vez que deba comprar alimentos no voy a ir hasta allá. Tanto a mí como a media Habana, que vive distante, nos conviene tener al alcance un sitio bien surtido para resolver el problema”, dice Vivian Martínez.

“Fíjate, yo veo bien que si van hacer la apertura se realice con la mayor calidad posible. Desde luego no se va iniciar desprovisto de cosas, pero debe existir un equilibrio que tampoco afecte la comodidad de las personas. Si se pensó en ese lugar, me imagino que deben haber sabido con antelación que necesitaba provisiones. La gracia no es llenar un espacio con lo que le quitas a otro, sino ir manteniendo una distribución equitativa”, explicaba Evangelio Elizalde, estibador.

 


 

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