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El 25 de septiembre de 2016, la ciudad de Miami vivió lo que es sin duda el más grande dolor visto después del 11/9: la muerte de José Fernández.

En un brevísimo tiempo de su vida, en apenas unos cortos años de su paso por Miami, y de su estancia en este planeta que llaman Tierra, José Fernández supo hacer lo que a muchos les cuesta toda una vida lograrlo; mientras que otros mueren sin haberlo siquiera conseguido: ganarse el corazón de millones de personas.

“Delfín”, “Joseíto”, contagió a una ciudad entera que ahora, parece ser, pudiera volver a respirar béisbol; cuatro años después que nos dejara.

“El dolor infinito de solo verse, se contrae. Escuálido y torpe. La nostalgia de lo que pudo haber sido se aleja en el rostro de lo que ya no será”.

Leyenda del béisbol. Irremplazable”.

Así lo definía hace unos minutos ese excelso periodista que responde al nombre de Francys Romero, cuyo libro “El Sueño y la Realidad: Historias de le emigración del béisbol cubano (1960-2018)”, a la venta en Amazon, es tal vez su más fiel y encomiable leyenda a esa leyenda de la pelota cubana nombrado José Fernández.

"El dolor infinito de solo verse, se contrae. Escuálido y torpe. La nostalgia de lo que pudo haber sido se aleja en el rostro de lo que ya no será".Leyenda del béisbol ❤️. Irremplazable.

Posted by Francys Romero on Friday, September 25, 2020

Todavía la ciudad de Miami lo llora. Todavía su presencia se siente en ese estadio que se llenaba solo para verle lanzar. Su vida es digna de un libro; de una película que tuvo momentos de mucha gloria, desesperación y dolor en apenas diez años.

¿Quién le iba a decir a José Fernández que la muerte le llegaría cuando apenas tocaba la gloria? ¿Quién pudo prevenir su muerte en el mar, pocos años después de que, con 14 años, se lanzara al mar en medio de una tormenta, de noche, para salvar la vida de su madre caída de la embarcación en la cual escapaban de Cuba? La muerte no lo sorprendió en el mar en aquel momento porque, la ciudad de Miami, la emigración cubana lo necesitaba. Y Dios lo sabía.

De su elegancia, su sonrisa y sus récords -esos que a pesar de su corta edad y tiempo en los Marlins obligaron a la franquicia a retirar su camiseta- se pudieran escribir cientos de cuartillas. Enumerar cada strike, cada ponche; piezas de una vida joven que nos fue arrebatada el 25 de septiembre del 2016 en horas de la madrugada.

Hoy su madre, Maritza Fernández Gómez, ha dedicado unas hermosas palabras a su hijo y acompañó su desgarrador escrito con fotos que solo de verlas enternecen el alma, pues nos traen el recuerdo de aquella fatídica noche que acabó con la vida de una de las grandes promesas -promesa por la edad y lo que le faltaba, pues era ya un pitcher consolidado- del béisbol de las Grandes Ligas, que es como decir del béisbol todo.

“Son ya 4 años que partiste mi Delfy, pero el amor, el cariño y los sentimientos de todos los que te aman y te quieren están intactos en cada corazón. Tu imagen está intacta en mi mente años tras años y recuerdo tu bella sonrisa mi bebé. Si pudiera regresar tan solo un minuto para abrazarte sería tan feliz. Pero vivo pensando en ti y solo deseo paz y un descanso eterno mi JDF 16”, comenzó señalando su madre.

Son ya 4 años q partiste mi Delfy pero el Amor y el cariño y los sentimientos de todos los q Te Aman y te quieren están…

Posted by Fernandez Maritza Gomez on Thursday, September 24, 2020

“Te amaré hasta mi último suspiro hijo mío, porque tú fuiste un hijo maravilloso y estoy segura que desde donde estás eres un ángel de luz que cuida de todos nosotros y en especial, de tu bella Penélope”.

Ese es el tesoro que nos dejó José, para todos los que le amamos y extrañamos. Penélope, la bebé nacida meses después de su muerte.

Quiso el destino cruel que su vida nos fuese arrebatada en pleno esplendor, pero quiso el Dios Todopoderoso que, a pesar del desgarro de tan terrible noticia, su novia María Arias, quien se encontraba embarazada del lanzador en el momento de su muerte, culminara un feliz embarazo.

Meses después, llegó a la vida de todos en Miami la pequeña Penélope.

por Roberto A.

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