Animales
Convivir entre puercos y ruidos: el drama de muchos cubanos en la isla
El drama que muchos cubanos viven en la isla fue reflejado en las páginas del diario Juventud Rebelde este sábado.
Lectores del diario enviaron misivas a la redacción del periódico para que a través de la popular columna Acuse de Recibo, las autoridades encargadas de dar solución a sus respectivos casos se vieran emplazadas delante de todo el pueblo y tomaran cartas en el asunto; un popular método al cual cada vez más recurren dolientes en la isla cuando entre papeles y demoras no ven solución a sus dramas.
Así hizo, por ejemplo, desde el pasado 31 de agosto Dalia Francisca López Junco (calle 10 No. 174-Fondo, e/1ra. y 3ra., Rpto. Vista Hermosa, Camagüey), quien ahora obtuvo respuesta del doctor Reinaldo Pons Vázquez, director de Salud en tierra agramontina, la misma entidad a la cual ella acudió en abril del 2017 – sí, abril del 2017 – para ver de que manera la entidad daba solución a su penuria.
La doliente reclamaba desde ese entonces que en casa de uno de sus vecinos, este críaba puercos sin la más mínima higiene, algo que ella a través de sus fosas nasales percibía y sufría todos los días.
Finalmente, luego de haber hecho gestiones por más de un año en distintas entidades relacionadas con el control de estas cuestiones, sin obtener resultado satisfactorio – entre ellas visitas a las direcciones de Salud, e Higiene y Epidemiología – fue a través de Acuse de Recibo que se movilizaron los implicados y los cerdos al parecer fueron sacrificados o vendidos.
Así lo aseguró en su misiva de respuesta Pons Vázquez, quien no da a conocer si se sancionaron o no, y cómo, a tantos ineptos que, durante un año le dieron tantas evasivas a Dalia Francisca.
“Entre los antecedentes del problema —abunda Pons Vázquez— estaban la tramitación que hizo la DPS de la demanda de la afectada en abril de 2017. En aquel momento se le ofreció respuesta y ella manifestó su conformidad”, dice el Juventud pero no especifica con qué se manifestó conforme Delia. ¿Habrá sido con que visitarían su hogar para comprobar la valía de su queja?
Al parecer – según se entiende de la respuesta ofrecida por el funcionario – «como resultado de la queja emitida fue visitada por varios funcionarios de higiene del área de salud y de la Inspección Sanitaria Estatal (ISE), de quienes recibió respuesta con razón a su planteamiento – un año y ocho meses después – , y se le dio un plazo de seis días al compañero para eliminar los porcinos, lo que se evaluó en el término pactado, y se verificó su cumplimiento».
El galeno señala que días después ya no habían puercos en casa del vecino de Dalia, pero sí existían aún los corrales.
“(…) se detectó que no hay existencia de cerdos, pero sí de corrales. Lo que se traduce en que se ha incurrido en esta violación; se realizó una advertencia sanitaria según disposición D-272 Artículo 18, Inciso (f), que prohíbe la crianza de cerdos en zonas urbanas, y se notificó que el incumplimiento de la medida conllevará la aplicación de un Decreto-ley, la tramitación a los tribunales y el decomiso de los animales“.
La pregunta se cae de la mata: ¿qué animales le van a decomisar si ya no hay animales?
El otro caso reflejado en el diario es la queja establecida por tres ancianos ( 64,68 y 87 años de edad cada uno) residentes en Limonar, Matanzas, quienes han visto hasta el momento infructuosas todas sus gestiones para dar solución a su caso, que es muy similar al que viven miles de cubanos en la isla: el ruido y la contaminación sonora.
Los ancianos dicen que frente a su morada, ubicada en López Coloma No. 2, entre Daniel González y calle A, la Empresa de Comercio y Gastronomía de Limonar, y con la aprobación explícita del Gobierno municipal, han habilitado una discoteca al aire libre, “con todo el andamiaje que lleva una instalación de su tipo: pantalla, luces y música a todo volumen.”
“El volumen de la música es descomunal en ese lugar, sobre todo los fines de semana, hasta altas horas de la madrugada —y algunos días desde horas vespertinas— sobrepasando los límites permisibles, incluso lo establecido por la ley sobre la contaminación sonora del medio ambiente“, refleja la anciana.
Y dice el diario:
“Afirma la remitente que la situación es insoportable: no se puede dormir, ni siquiera escuchar lo que se ve en la televisión. Y cuando termina todo a altas horas de la madrugada (muchas veces a las 4:00 y a las 5:00 a.m.), las personas salen de allí con tragos de más, con gritería y escándalos. A veces se forman riñas y rompen botellas.”
La anciana escribió una carta al director de Comercio y Gastronomía, con copia a todas las organizaciones políticas y de masas del municipio, alertándoles de que algo similar a lo descrito anteriormente sucedería. No recibió respuesta. Entonces, ¿se perdieron todas las cartas en el correo?
En dos ocasiones una de las quejosas, Lydia, llamó a la Policía en horas de la madrugada para quejarse del alto volumen de la música, `pues no podía dormir.
“En ambas ocasiones le respondieron que ellos no podían hacer nada al respecto, pues el responsable era el Gobierno en el municipio, que fue el que autorizó ese proyecto desde el primer momento”, señala el Juventud en su nota.
“Acudí finalmente al delegado de mi circunscripción – dice la anciana -, que además es el vicepresidente del Gobierno municipal. Y me respondió que mi petición no tenía lugar. Mi esposo fue también a la delegación provincial del Citma y le orientaron que debía poner la queja en Higiene y Epidemiología del municipio.
Así lo hizo la anciana, y a los 39 días recibió la respuesta: en la discoteca iban a tratar de bajar el volumen de la música.
“No estuve de acuerdo con esa respuesta, pues creo, y así les dije, que la solución sería construirle paredes y techo al sitio, y hacerlo una discoteca cerrada, para que la música, las luces, las sirenas y la voz del DJ no se sientan afuera del modo en que se escuchan ahora.”
La anciana adjuntó en su reclamación que el 3 de agosto pasado, en respuesta enviada a la sección Cartas a la Dirección del periódico Granma con relación un caso similar, Cecilia Sánchez Valdés directora de Organización, Control, Información y Análisis del Citma en Matanzas, dijo que “desde 2016 se creó en cada municipio un grupo de trabajo multidisciplinario, integrado por ese organismo, la PNR, el Minsap, Planificación Física y las direcciones de Supervisión subordinadas al Consejo de la Administración, para analizar mensualmente los casos de contaminación sonora.”
Pero al parecer de esto, no se han enterado en Limonar.