Comprar una bicicleta ¿alternativa fácil en Cuba?

Texto y fotos: Vladia Rosa García

Ciento y tantos dólares puede llegar a costar una bicicleta en Cuba hoy por hoy. ¿A quiénes les llega el salario para la alternativa de comprar una y enfrentar la actual situación con el transporte en la isla?

En la actual “coyuntura” económica del país, muchas son las alternativas que ha buscado el cubano para eludir el problema. Una de las ideas que nos ha rondado a todos es la de obtener, aunque sea para uso temporal, una bicicleta. “¿De dónde? Pasa por la tienda, para que te compres una”, me dicen mis amigos en tono de burla.

Y no es menos cierto. Quien haya decidido llegarse hasta la tienda a evaluar precios, volvió de seguro con la ilusión en el piso pues, además de ofertar productos de marcas que nadie conoce, los costos no bajan de los ciento y pico de dólares.

La fábrica de bicicletas Minerva, única de su tipo en el país, se dedica al ensamblaje de motocicletas eléctricas desde 2017. ¿Para enchufar dónde, si no hay petróleo?

Los linces de las bicicletas

Leo y su grupo de muchachos son los linces de las bicicletas, no hay una sola persona que vaya a Cuatro Caminos con el propósito de obtener una, y no pase por su negocio. Los pobres ya los conocen bien.

“Nosotros aquí tenemos licencia para reparar, no nos dejan vender piezas, aunque uno las vende por detrás del telón. Es lógico, si el gobierno no tiene para vender, ¿de dónde yo las saco? Mecaniquear está permitido con licencia”.

Un arreglo sencillo puede estar desde unos 50 hasta 100 CUP. Generalmente, este mantenimiento incluye un engrasado completo, así como el ajuste de los frenos y los cambios.

Es este el establecimiento más buscado entre muchos, y no por gusto. Allí, un vehículo en estado regular puede costar 40 CUC, muchísimo menos que en la tienda.

“Todo el mundo no tiene 100 CUC para comprar una bicicleta y nosotros te damos una para moverse, a buen precio. Todos los días viene gente buscando, tal y como está la cosa. Sabes, a río revuelto…”

Entre las partes más difíciles de encontrar hoy en día están las cámaras. Leo me explica que “están perdidas, nosotros no tenemos, pero en las tiendas están en 35 CUC. También puedes comprar una criolla, hecha en Cuba, sin mucha calidad, de las que venden en la Cuevita, en San Miguel del Padrón”.

“Las bicicleticas chinas están más caras. Esas son más fuertes, y como son las que los muchachos usan para engancharse de las guaguas, son las de moda ahora. La gente del campo viene a la ciudad, las compra y se las lleva para revender. Donde más cuestan es en Camagüey. Allá son 150 CUC o hasta trescientos una de esas, dependiendo de la conservación. Pintadas, con las llantas niqueladas”.

Revolico, otra opción para bicicletas

La otra opción que siempre tiene el cubano es Revolico. En ese portal las venden a partir de 80 CUC. La gente las trae de otros países. Leo analiza que “ponen el precio que les da la gana, y cuando vas a verla no vale lo que piden”.
Cuando me decido a preguntar por el secreto de su éxito, el más joven del taller se adelanta: “El problema es que ahora mismo en la tienda no hay o están muy caras. La gente no tiene ese dinero y necesita moverse, así que anuncian: voy para Cuatro Caminos”.

-¿Y tú, cómo las obtienes?

-Las piezas en la tienda, aunque sacan pocas. Es complicado que puedas comprar más de las que te tocan, pero con dinero todo se resuelve. Y la otra manera es salir por la calle a buscar una bicicleta barata que puedas arreglar o coger para piezas”.

Intentan otra vez –en vano- venderme una de las que tienen ahí. Me excuso con que no tengo el dinero, que casi no salgo de mi casa o cualquier otra milonga. Cuando voy saliendo, el más joven viene hacia mí y me aclara: “No cojas lucha, muchacha. Tú reúne con calma, y cuando tengas dos o tres pesitos, llégate”. Nunca sabrán que no sé montar.