Cuba
Comparaciones beisboleras: ¿Linares-Casanova o Pacheco-Kindelán?
Llegan hoy a la sección Comparaciones beisboleras dos parejas que se llevaron el protagonismo ofensivo en la época que les tocó jugar: Linares-Casanova y Pacheco-Kindelán. Quizás sean los mejores dúos que hemos visto a lo largo de toda la historia de las Series Nacionales.
Terceros y cuartos bates de lujo en sus respectivos equipos provinciales y en el equipo nacional en diferentes momentos, estos “fuera de liga” llevaron a sus conjuntos varias veces a lo más alto del podio en campeonatos domésticos y foráneos y entre todos alcanzaron casi 50 lideratos en sus carreras.
Si se despojan de todas las pasiones territoriales y confrontan las estadísticas que arrojaron a su paso por los terrenos de juego, ¿qué pareja escogen para conformar la alineación definitiva para el juego de sus vidas? ¿Linares-Casanova o Pacheco-Kindelán?
Omar Linares y Luis Giraldo Casanova
Tener a este dúo en una alineación cuando estaban en plenitud de facultades físicas, era una garantía para obtener victorias. Dueños de unas muñecas poderosas, tacto, velocidad en las bases, brazos potentes y una defensa de excelencia, esta pareja fue muy temida en sus tiempos al punto de dominar el departamento de las bases por bolas en ocho ocasiones y diez veces las de los boletos intencionales.
Valorados por separado por muchos especialistas en la materia como los dos mejores peloteros cubanos de toda la historia del béisbol a partir de 1959, el tiempo que estuvieron juntos hicieron una combinación explosiva que ayudó a sus Vegueros de Pinar del Río a coronarse en tres ocasiones durante la década de los ochenta del siglo pasado.
La crítica especializada, en una convergencia pocas veces vista en este deporte, los sitúa como el mejor tercera base y el mejor jardinero derecho de todos los tiempos en Cuba.
Cinco campeonatos de bateo, seis veces líderes de anotadas, una vez en dobles y otra en triples, dos títulos de máximo jonronero, y uno de mayor impulsador; fueron algunos de los lideratos que alcanzaron en conjunto estos dos “salvajes” del béisbol cubano.
En su prestigiosa carrera, entre Linares y Casanova, conectaron 3 mil 906 imparables en 11 mil 266 turnos al bate, con 717 cuadrangulares y 2 mil 291 carreras impulsadas, para un average ofensivo de 347. Lo que representa un jonrón cada 15.71 turnos oficiales al bate y una carrera empujada cada 4.91 apariciones en el cajón de bateo.
Con el equipo nacional dejaron huellas imborrables al lograr entre ambos todas las medallas de oro posibles en cuanto torneo participaron.
Antonio Pacheco y Orestes Kindelán
Estos dos santiagueros de pura cepa, sin dudas, darían un cartel de favorito a cualquier equipo que tuviera el privilegio de tenerlos en sus filas. Ambos hicieron una combinación perfecta como tercero y cuarto bate de la famosa aplanadora santiaguera que marcó hitos en la última década del siglo XX con sus cuatro campeonatos ganados, tres de ellos de forma consecutiva.
Mucha fuerza, empuje, capacidad para producir en momentos de alta tensión, y entrega total en el terreno de juego llevaba esta dupla que atemorizó durante muchos años a los lanzadores rivales, tanto en campeonatos domésticos como en eventos internacionales.
Ambos no pueden faltar jamás en cualquier selección de estrellas de todos los tiempos que se confeccione, ni en salones de la fama que surjan en cualquier rincón de la isla. Aficionados, periodistas especializados, y técnicos de este deporte, no dudan en su inmensa mayoría en escogerlos como el mejor segunda base y el mejor bateador designado que han pasado por las Series Nacionales.
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Un campeonato de bateo, dos de anotadas, tres de máximo jonronero, y una de mayor remolcador, acaparó esta pareja a su paso por los torneos de casa, con el plus de ser uno de ellos el mayor productor de cuadrangulares de toda la historia de este deporte en Cuba (Orestes Kindelán).
En su carrera deportiva, si sumamos sus récords, pegaron 4 mil 386 indiscutibles con 771 batazos de vuelta completa en 13 mil 533 veces oficiales al plato con 2 mil 815 carreras remolcadas, para un promedio ofensivo de 324.
La frecuencia de cuadrangulares de esta dupla fue de uno cada 17.55 comparecencias oficiales al bate e impulsaron una carrera cada 4.81 apariciones en el cajón de bateo.
En eventos internacionales, también poseen ambos todos los títulos y medallas doradas puestas en disputas durante sus años en activo.
Roque Díaz