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Comparaciones beisboleras: ¿Ángel Leocadio Díaz o Jorge Fumero?

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Ángel Leocadio Díaz Jorge Fumero
Foto: collage Cuballama

Llegan hoy a la sección comparaciones beisboleras dos lanzadores que hicieron historia con los equipos capitalinos en las últimas décadas del siglo pasado. Campeones nacionales, ambos lograron la medalla de oro en eventos internacionales importantes a pesar de integrar en pocas ocasiones el equipo Cuba.

Impetuosos en el montículo y con funciones diferentes dentro de sus respectivos staffs, Ángel Leocadio Díaz y Jorge Fumero lograron convertirse en figuras claves de la maquinaria azul, y alcanzaron algunos lideratos en los campeonatos domésticos.

Si tuvieras que elegir a uno de ellos para completar la nómina del mejor equipo Industriales de todos los tiempos, ¿a cuál escogerías? ¿Ángel Leocadio Díaz o Jorge Fumero?

Ángel Leocadio Díaz

Natural de un pueblo de campo en las afueras de la Habana, este serpentinero que llamaba la atención por lanzar con lentes se convirtió en uno de los mejores de la capital durante las décadas del 70 y 80 del siglo XX.  A pesar de no poseer mucha velocidad en su recta, su exquisito control y su inteligencia lo llevaron a encabezar la rotación en una era plagada de grandes estrellas.

Sin una formación académica debutó a los 19 años con el equipo Metropolitanos y un año después ya estaba defendiendo los colores de Industriales, primer equipo de la capital. Su nombre quedó grabado en la historia al convertirse en el cuarto lanzador de la franquicia en propinar un juego de cero hit cero carreras en Series Nacionales, hazaña que ningún otro ha podido repetir en 38 años.

De brazo fuerte, completó casi la mitad de los partidos que inició en su vida (100 de 218) y en 1988, en el ocaso de su carrera, logró el liderato en promedio de ganados y perdidos al concluir con forja de 4-0 el campeonato nacional.



En doce campañas alcanzó 112 éxitos y 74 fracasos con 23 lechadas. En mil 627 entradas lanzadas aceptó 578 carreras limpias para una efectividad de 3.20 cada nueve entradas, y le pegaron mil 651 en 6 mil 886 veces al bate, para un average de contrarios de .263 con 816 ponches propinados y 455 bases por bolas concedidas.

A pesar de su rendimiento estable nunca fue del agrado de los técnicos encargados de confeccionar los equipos nacionales. Integró algunas veces el equipo B de Cuba, pero logró hacer el grado para el Campeonato Mundial de la Habana 1984, en el cual alcanzó la medalla de oro.

Jorge Fumero

Natural de San Miguel del Padrón en la Habana, este lanzador destacó por su valor encima del montículo y por la sangre fría que mostraba en los momentos más tensos de los partidos. Por estas características, a pesar de que podía ser un abridor de calidad, se desempeñó en la mayor parte de su carrera como relevista y cerrador al salir en esas funciones en 194 de sus 248 presentaciones en Series Nacionales.

En 1990 apenas permite 1.44 carreras limpias por juego con los Metropolitanos y cuatro años después repite el liderato al exhibir una efectividad de 1.94 ya con el uniforme de los Industriales. Ese mismo año (1994) logra un porcentaje de mil con nueve victorias sin derrotas para adueñarse también de ese departamento.

En 1996 participa en más partidos que nadie (27), queda líder en juegos salvados (7), y lleva a su equipo capitalino a la corona nacional con su espectacular campaña que le permitió alcanzar el galardón del Jugador Más Valioso del campeonato, premio que repitió en los playoffs de ese mismo año.

En su carrera de once temporadas ganó 53, perdió 35 y salvó 26 desafíos. En 733.1 entradas lanzadas le anotaron 325 carreras limpias para un PCL de 3.99 con 335 ponches propinados y sus rivales le promediaron para .271.

Gracias a su espectacular contienda de 1996 formó parte del equipo Cuba que se coronó en los Juegos Olímpicos de Atlanta, donde logró un par de victorias frente a las selecciones de Italia y Corea del Sur.

Roque Díaz

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