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Cuba

Comparaciones beisboleras: ¿Amado Zamora o Luis Ignacio González?

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Uno zurdo y chocador de pelotas, el otro diestro y productor de cuadrangulares. ¿Eres más de Amado Zamora o de Luis Ignacio González?

Llegan hoy a la sección comparaciones beisboleras dos jardineros que cumplieron la función de primer bate durante la mayor parte de su carrera. Quizás sea su rapidez en las bases la única característica que tenían en común estas dos glorias deportivas que representan dos visiones diferentes de interpretar el béisbol. ¿Amado Zamora o Luis Ignacio González?

Colocados en la caja de bateo en lados diferentes del plato, estos dos tremendos bateadores hicieron época al hacer uso perfecto de las herramientas que tenían para este deporte. Uno zurdo y chocador de pelotas, el otro diestro y productor de cuadrangulares, pero ambos piezas indispensables en sus equipos provinciales durante muchos años, aunque le fueron esquivas las selecciones nacionales.

Si tuvieras que escoger solo a uno para alinear como primer bate en el juego de tu vida, ¿a quién eliges?

Amado Zamora

Practicante del atletismo en su niñez, este villaclareño -natural del poblado de Sierra Morena en Corralillo- fue considerado en su tiempo como el hombre más veloz de home a primera de todo el béisbol cubano.

Dueño de una habilidad increíble para golpear esféricas para terreno de nadie y todo un maestro en el arte de tocar pelotas, Zamora fue líder de los bateadores en las Series Nacionales de 1981 (394 AVE), y en la de 1995 (395 AVE).

En Selectivas dejó una huella para la eternidad al ser el único pelotero que pudo acaparar tres lideratos de bateo, dos de ellos de forma consecutiva. En la historia de estos fuertes campeonatos, solo Luis Giraldo Casanova (El señor pelotero) pudo lograr dos coronas de bateo.

Se llevó el premio ofensivo en 1985 (361 AVE), 1986 (392 AVE) y luego con 413 de average cuando su equipo Las Villas se coronó campeón por cuarta ocasión en estos eventos.

En 19 temporadas nacionales conectó mil 707 hits en 5 mil 154 turnos al bate para un promedio de 331, entre los primeros de por vida en ese departamento. Pegó además 171 dobletes, 70 triples, 39 jonrones, y remolcó 416 carreras con 852 anotadas. A pesar de su rapidez no se caracterizó como un experto robador de bases, pero logró estafar 157 en 272 intentos.

A la defensa no tuvo un brazo poderoso y cometió 47 errores en 870 lances con solo 34 asistencias, para un promedio de 946, lo que limitó su convocatoria a los equipos Cuba.  Fue llamado solo una vez en su carrera para los Juegos Panamericanos de Caracas 1983, donde ocupó el puesto de designado y promedió para 338.

Ese mismo año integró el equipo nacional de softball para los Centroamericanos de República Dominicana y allí ocupó el segundo lugar entre todos los bateadores del evento.

Luis Ignacio González Pérez

Este pelotero nacido en Melena del Sur jugó durante 18 Series Nacionales con el antiguo equipo Habana y formó parte de una de las toleterías más temidas que han pasado por estos campeonatos desde su fundación en el año 1962.

Fue un “atípico” primer bate por su capacidad para conectar cuadrangulares, algo que no era compatible con la mentalidad de la mayoría de los técnicos cubanos de la época pero que rindió muchos frutos.

“Nacho”, como era conocido entre sus familiares y amistades cercanas, era un pelotero fornido de rápidas piernas y muñecas poderosas que logró robar 165 bases en 253 intentos, recibir 785 bases por bolas (37 intencionales) y conectar 172 bambinazos.

Según un artículo del Grupo Cubano de Investigación del Béisbol (GCIB) publicado el pasado mes de agosto en el sitio Playoff Magazine, este bateador es el mejor primer bate de la historia de la pelota en Cuba en una acápite llamado ISO (estadística que mide el poder aislado de un bateador centrándose en los extrabases) con .168, y es el único hombre proa que está por encima de la media actual de la MLB (entre .140 y .150).

En toda su carrera pegó mil 493 imparables en 4 mil 830 turnos oficiales con 250 dobles y 23 triples, recorrió 2 mil 305 bases y promedió para un decoroso 309 de average, además de remolcar 682 carreras y anotar 935.

A la defensa cometió 43 errores en 795 lances con 451 asistencias para un promedio al campo de 946.

Logró un subcampeonato con su equipo provincial y aunque integró varias veces las preselecciones nacionales solo pudo hacer el grado en una ocasión en el Cuba B para un evento internacional.

Roque Díaz

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