Comenzaron los dardos contra “Plantados”, señal de que les duele

Pérez Betancourt asume, solo por ahora, el protagónico en la respuesta del gobierno cubano. Le tocó la tareíta de lanzar dardos contra la cinta Plantados. ¿Quiénes serán los próximos?

Habían tardado. Pero ya han sacado al pistolero por encargo. A disparar emulando al personaje de Mauricio, en la película Plantados. Rolando Pérez Betancourt lo hace por elección, a él nadie le apunta con una pistola en la cabeza. ¿O sentirá que sí el “crítico de cine” del oficialista diario Granma y por eso se obliga a tirar dardos contra Plantados?

Bajo el título de “Plantados, otro bodrio contra Cuba“, Pérez Betancourt lanza sus balas contra la cinta dirigida por el cubano Lilo Vilaplana.

El vocero del gobierno, ahora en su papel de tirador designado, fabrica dardos contra Plantados:

“Hay dos propósitos evidentes en este precipitado tiro de dados: primero, sumarse a la campaña subversiva contra Cuba, presentando una imagen propagandística y unidimensional del tema que tratan, sin hacer referencias a las causas –no pocas de ellas criminales– que llevaron a aquellos hombres a prisión y, segundo, el vano sueño de los realizadores de pensar que han facturado una obra magna, capaz de responderle –como declararon– a lo expuesto en La red avispa (Olivier Assayas, 2019), una película que los indignó por presentar héroes verdaderos opuestos a los mandamientos del imperio, todo lo contrario a los «héroes» que ahora tratan de reflotar desde el pasado como un «mensaje de rebeldía», dirigido a generaciones que no vivieron aquellos días”.

Cuesta entender de qué manera Rolando pudo escribir semejante necedad. Basta escuchar -al final del filme- a los verdaderos plantados, a esos hombres a los que en nombre de la llamada Revolución se les torturó y vejó. Obviamente pertenece el “crítico de cine” a ese bando que sigue mirando hacia otra parte, sin el más mínimo apocamiento. En más de seis décadas ha tenido tiempo, como muchos otros, para también extraviar la vergüenza.

Atacarán sucesivamente a Lilo Vilaplana, Juan Manuel Cao, Ángel Santiesteban, director y guionistas. A los actores más conocidos -Carlos Cruz, Alberto Pujol, Gilberto Reyes, Héctor Medina, Isabel Moreno, Alina Robert- y a cualquiera que sea parte de esta historia, que prefieren tener escondida. Aunque esta vez no habrá víctimas ni vidas que llorar, porque hace tiempo se quedaron sin proyectiles. Se descompusieron entre tanta mentira de quienes gobiernan y sus secuaces.

Rolando Pérez Betancourt concluye en su pasquín disfrazado de crítica cinematográfica, que “el odio y el arte nunca han ligado”. Solo esperemos que no les dé además por apropiarse de los hashtags #plantados y #prohibidoOlvidar asociado sabe Dios a qué discurso propagandístico. O que al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) de ahora pa’ ahorita -en medio de esta nueva guerrita para distraer a los cubanos en medio de la crisis- se saque tres filmes respuesta, al estilo de las malogradas versiones contra Patria y Vida.

Neus Francino

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