Cartomántica cubana dice que la salud es lo primero, pero el dinero lo mueve todo

Texto y fotos: Liliana Suárez

“Hay un espíritu de persona mujer que te protege, caramba, que te cuida los caminos y a la que tienes que darle 10 misas, y un muchacho en la familia que te quiere mucho. Siempre has sido muy protectora y muy dedicada, pero nunca has abandonado la pasión por el trabajo”, manifiesta Teresa después de hacerme sacar, de manera alterna, 21 cartas.

“Y esta que estás viendo es tu carta de triunfo, y dice que estarás por México, caramba,  pero vas a vivir en otro país más allá de los mares. Tendrás nietos que te van a querer, y siempre has tenido un hombre que te quiere mucho, que ahora no está, pero no deja de pensar en ti. Y esta otra carta dice, sí señor, que un día comenzarás a levantarte bien temprano y a escribir tanto que lograrás un libro que te llevará a la cima”.

La cartomántica y santera Teresa Pérez, natural de Pinar del Río, sigue  hablando para sí misma y entonando sus cánticos religiosos con la devoción del que hace lo que más le gusta en la vida. “Pero fíjate, mija, tienes que colocar una crucifijo detrás de la puerta de tu casa, igual que una herradura lavada de un caballo. Eso te abrirá los caminos y te protegerá contra todo lo negativo. De todas formas, caramba, estás obligada a tener contigo la imagen del Niño de Atocha”. Me lo repitió como cuatro veces barajando rápido las cartas. “Tú tienes que ser más devota de la Virgen de la Caridad” -agregó en su jerigonza.

Escuché atenta a la adivina de 48 años de edad, ataviada de blanco frente a una mesita cubierta de un manto de igual color y acondicionada para su ritual. “No lo creerás, en ocasiones se me sientan aquí personas de mi edad y más jóvenes porque no creen en mis dones y quieren probar, pero salen complacidos y muchos vuelven”.

Teresa Pérez y Juana la Cubana

Teresa trabaja en la Plaza de la Catedral, al lado de su madre Juana la Cubana, de quien asegura heredó sus dones porque “siempre ha sido una gran espiritista”. Cerca se ubican otras dos santeras. Nunca les faltan clientes.Teresa Pérez tiene hecho Yemayá y Changó, desde hace unos 7 años. “Primero fui espiritista y estando aquí es que me hago santo.  Mi madre tiene hecho Obatalá y la Santísima Caridad del Cobre, que es la patrona de Cuba”, aclara.

“Vivíamos en Pinar del Río, cuando la religión en Cuba no era bien mirada. Después nos autorizaron porque se dieron cuenta de que  la religión yoruba es sana; no es, como consideran por ahí algunos, para hacer brujerías. La mayoría de las santeras solo piden el bien para los demás”.

“En La Habana, sabiendo de nuestros poderes, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, nos permitió hacer aquí nuestro trabajo”, le confirmó la adivina a Cuballama. Tiene dos hijos, responde a mi pregunta, “y salgo de aquí a las 5 de la tarde”.

“Aquí vienen clientes cubanos, extranjeros, inclusive cubanoamericanos. Esta es una raíz muy fuerte, una religión muy buscada. Las personas siempre creen que un buen consejo hace mucho bien y yo como espiritista siempre he tratado de llevarle al turista lo positivo”.

Piensa, explica a Cuballama, que “somos como unos médicos, las personas vienen buscando una espiritualidad positiva. Si es un enfermo, siempre le digo: te vas a mejorar con esto que te voy a mandar. Y trato de dar aliento a quienes vienen a mí y decirles que en el amor van a ser felices. Piensa siempre en lo positivo porque el que buen camino coge, buen camino le espera”.

“Quiero prosperidad para Cuba”

-¿Qué buscan los cubanos que se le acercan?

El cubano siempre se ha sabido levantar. Hemos pasado malos momentos, hemos atravesado un período especial intenso, los caminos se nos han cerrado. Hoy se cree en Cuba mucho en esta religión.

Vienen, como te contaba, cubanoamericanos, personas que ya no tienen familia y me piden después que conversamos y quedan contentos que si pueden ser mi familia y les digo sí, puedes irte convencido de que aquí en Cuba, en la Plaza de la Catedral, queda una gran amiga. Soy oscura pero quiero a todas las razas, no hay odio en mi corazón.

Tengo valorado al cubano como el ser más positivo, así sea cubano o cubanoamericano. Sabe lo que quiere, sabemos hacia dónde vamos.

-¿Con los cubanoamericanos, qué experiencia tiene?

Siempre quieren regresar a este país. Me hablan de que Cuba se extraña, muchas de esas personas se fueron siendo niños y yo les pregunto aquí sentados, con mis cartas: ¿si usted deseara vivir en otro país, dónde sería? Señora, en Cuba.

-¿Cuáles son los principales problemas que tienen quienes se consultan, cubanos o extranjeros?

El principal problema es el amor. Siempre que vienen aquí lo primero que yo hago es mirar de frente a esa iglesia que tengo y pedir paz para todos. Para las personas y su familia. Muchos apuestan primero por el amor y el dinero, y es lo que deseo que todo el mundo tenga dinero. Pero yo les aseguro, porque es la verdad, que lo principal en la vida para alzarse es la salud. Después que la persona tiene salud lo tiene todo.

Hay también personas que han perdido a todos sus familiares; algunas de otro país que no encuentran a sus hijos desparecidos en Colombia, Venezuela, Puerto Rico. Dígame, señora –me miran desesperados- si voy a encontrarlo. Siempre hallo la manera de descubrir una esperanza.

-¿Considera entonces importante el dinero?

Una de las cosas principales en la vida, realmente, es el dinero. Porque es lo que mueve todo. Con el dinero se alimenta a la familia, el dinero te cubre un pasaje para ver a otras personas, para visitar a los hijos si están fuera, conocer otro país. El dinero es el valor para mantenernos vivos, es el valor para ayudar a todo el mundo.

-¿Qué cree le espera a Cuba?

Como adivina que soy le indico: hay que trabajar. Quiero prosperidad para Cuba, porque creemos que en nuestras manos está el futuro de este país.

-Se escuchan rumores de que algunos santeros especulan…

Hay algunos que no son buenos, que especulan, pero en el mundo para ser mundo tiene que haber de todo. Yo me propongo hacer el bien. Por eso visto de blanco, porque el blanco significa paz.