Los carretones son el principal medio de transporte en la Isla de la Juventud

Texto y fotos: Vladia Rosa García

Los pobladores de la la Isla de la Juventud recurren a carretones hasta para llegar al trabajo

Los municipios cubanos distan mucho del ruido de las ciudades, de la abundancia de vehículos o cualquier otro medio de transporte que pudiera catalogarse como moderno. Las calles de los pequeños pueblos nunca han ostentado un tránsito abundante y menos en estos momentos cuando el país se sumerge en una crisis debido al déficit de combustible. El transporte se ha reducido a bicicletas, bicitaxis, pero sobre todo a los carretones, volantas, arañas, todos tirados por caballos al puro estilo de siglos atrás.

Con el advenimiento de esta nueva etapa de aprietos llamada “situación coyuntural, vuelven al territorio nacional estas prácticas rurales. En el Municipio Especial Isla de la Juventud los llamados carretones pasarán a ser el principal medio para el traslado de pasajeros.

Durante el denominado Período Especial que sufrió Cuba en los años 90 la tracción animal ya fue de las principales vías para la sostenibilidad de la economía cubana. En 1992, el entonces gobernante Fidel Castro Ruz comunicaba al mundo en la Cumbre de Río que el gobierno comenzaba a implementar cambios dirigidos a “lograr una agricultura de menos insumos, más racional y acorde a la realidad que se vivía. Los protagonistas de estos cambios eran los animales”.

Actualmente estos coches se inscriben dentro de la Ley No.109 del Código de Seguridad Vial que establece regulaciones para la circulación en horarios nocturnos y en los lugares de alto movimiento de carros. “Ahora ni nadie nos para, podemos estar en la calle recogiendo personal mientras queramos”, declara Antonio, propietario de uno desde hace 8 años.

Leandro, por su parte, comenta que con la “coyuntura” tiene más trabajo. Él toda su vida se ha dedicado a las tareas del campo junto a su padre en una finca ubicada en el Reparto Campesino, localidad pinera. “Antes solo realizaba viajes largos a la playa  porque las personas preferían los taxis o las guaguas. Pero eso ha cambiado y en estos días hasta me alquilan. Vienen hasta la casa para pedirme que los recoja”.

Luego de que el mandatario Miguel Díaz-Canel propusiera este método como alternativa en la fase actual, varias  provincias han recurrido a esta opción.  Los pobladores refieren que en dependencia de la distancia los valores no exceden los cinco pesos en moneda nacional. “Mi recorrido es de al menos seis cuadras y le doy dos CUP”, explica Lidia, residente en Nueva Gerona.

Los poblados aledaños a la capital del territorio, como La Fe y La Demajagua, han recurrido inclusive a este transporte para dejar y recoger a los alumnos de las escuelas.  “Pedro nos hace el favor”, afirma Dayana, maestra de quinto grado. “Viene después del mediodía para llevar hasta sus casas a los niños que viven más lejos porque el ómnibus desde hace dos meses lo quitaron”.

Otros usos de estos carretilleros en los tiempos actuales son el traslado de mercancía para pequeños establecimientos estatales y la recolección de desechos en los barrios. “El señor que pasa por aquí se llama Gua, o al menos así le dicen. Los camiones de basura transitan una vez a la semana y él puede venir tres veces. Así no hay  suciedad, ni mal olor”, expone Xiomara de 65 años.

Por las mañanas Yeni no espera la guagua. Se levanta más temprano porque la velocidad de este “vehículo” requiere de otras particularidades. Permanece en la esquina junto a cinco personas más de su trabajo. Su realidad ahora es darle a Camilo 20 CUP semanales para que su caballo los deje en la misma puerta del centro donde laboran.

“¿Qué le vamos a hacer? Como dicen los guajiros, estos son los bueyes con que nos tocó arar. Bueno, en este caso, el caballo en que nos tocó andar”, se ríe Yeni mientras sube al coche tratando que no se le ensucie la ropa.