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Cuba

La cara de un vendedor en el agromercado

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Comprar en un agromercado tiene “su cosa”. Un viejo bodeguero dice que todos hoy en día tienen “tremenda cara” y que no la piensan dos veces para tumbarte en la pesa.

Un vendedor de pepinos en un agromercado mira a la persona que le tira una foto y su cara, entre un montón de caras, sobresalta por encima de todas las demás. ¿Sorna? ¿Burla? ¿Temeridad?

Dice Pepe -un amigo- que la época en la que los bodegueros eran “los canchas” o “los bárbaros” en el barrio ya pasó de moda. Antes, recuerda él, eran tipos super simpáticos, gente que conocía como pocos el acontecer nacional pues vivían de manera perenne con un radio VEF o Selena detrás de la oreja oyéndolo todo y, a excepción de barberos, peluqueras y cantineros, nadie se sabía más chismes que ellos.

Conocían, al menos, la vida y obra de cada cual“, me cuenta Pepe, que fue bodeguero por unos cuatro meses hasta que “explotó”.

Aunque Pepe no es estudioso del fenómeno, apunta que puede afirmar que con el tiempo, pasaron a ser gente mañosa y guapa la que se metía a comercializar alimentos, sobre todo en los agromercados. No es que fueran bronqueros precisamente, pero sí que eran tipos respetados.

De los que se fajaban, y tenían el cuchillo al alcance de la mano; o por lo menos un par de pesas de hierro“, dice y se ríe.

calabaza aguacate mangos agromercados

Una calabaza en Agro de 17 y F y en el Vedado. El aguacate en La Habana está a $15 pesos.

Pepe recuerda a Carlitos, un carnicero de la calle Argüelles y ¿Cuartel? en la provincia de Cienfuegos que, siempre se estaba riendo y siempre resolviéndole a la gente. En contraste, en la Plaza de los Guajiros, no hay ni uno riéndose ahora; todos tienen tremenda cara de amargados y están buscando la primera oportunidad “para marearte” y tumbarte en la pesa.

Pepe considera que ninguno tiene el interés de rebajarte un peso porque el de al lado lo tiene igual; y dice que la gente en la Perla del Sur cuando llega el fin de semana, no va al agromercado, sino que le caza la pelea a la Feria del EJT, en la Calzada.

Del agromercado de la Plaza refiere: “A veces son las cinco de la tarde y tienen el mismo producto desde por la mañana, mosqueao, sin vender, y siguen en las mismas”.

Según él, que insiste no haber estudiado el asunto, frases como “si vas a comprarlo, cómpralo, pero no lo manosees” son un primor a los oídos de quienes te piden que circules “si te ven mucho tiempo haciendo media”, y los hay hasta que te cuestionan si eres inspector de precios y a menudo te sueltan un “o lo compras o lo dejas” y hasta un “circula, mi viejo” o un “si no te gusta, cómprale a otro”.

“Algunos no son así”, reflexiona este anciano de 64 años que desde el sábado  estuvo forrajeando por toda la ciudad de Cienfuegos las viandas y los frijoles para el 31. Afirma que lo más probable es que se una con el vecino del apartamento de enfrente, como hacían antaño, a cada rato, antes de que cada cual comenzase a comer con la puerta cerrada.

Dice que le da pena, “porque Armandito sí que no tiene nadie en el Norte”, y sigue luchándola a sus 72 años como siempre; y que “el pobre”, siempre que se le rompe algo en la casa o se le tupe la bañadera, el fregadero o el vertedero, él es el que se lo arregla.

Ariel P.

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