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Cuba

Qué calor y las neveras de helados vacías en los mercados estatales de Cuba

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Texto y fotos: Liliana Suárez

Un verano ardiente azota Cuba y mientras, los helados han desaparecido de los mercados del Estado. Los tan reclamados “potes” de las marcas Nestlé, Alondra y Bim Bom son difíciles de encontrar. Las neveras desde semanas atrás permanecen desoladas.

“No hay helados, las fábricas están cerradas, dicen que por falta de materia prima aunque a los trabajadores no se nos han confirmado las verdaderas causas del desabastecimiento”, es la respuesta cotidiana de los dependientes cuando alguien les inquiere.

Los habaneros al principio especulaban que sería una ausencia coyuntural, pero ya resulta rumor callejero. “Es increíble, todas las marcas desaparecidas y casualmente en Coppelia, según dicen, están ofertando 15 sabores y muy cremosos. En este país ya nada asombra, quizás para reforzar la producción están desviando la materia prima y así ofrecer un panorama de prosperidad y contentar a la gente que tantas críticas habían hecho”, indicó un incrédulo que quería consentir los caprichos su pequeño hijo cuando se dirigió a una cafetería de la cadena Silvain, que se ubica en la calle Galiano, cerca de Reina, en Centro Habana.

Similar contexto halló Cubacomenta en el mercado Carlos III, también de Centro Habana, el Silvain de la céntrica calle 23, en el Vedado y en la Tienda Panamericana de Ayestarán y Tulipán, en la que una de las vendedoras quiso corroborar la carencia del producto al abrir uno de los frigoríficos. “Todo lo que sabemos es que las fábricas no están produciendo”, ratificó.

Varios clientes de la zona estaban presentes en el lugar con el propósito de llevarse a sus casas el producto sobre el que coincidieron en que, en medio el calor de la temporada, “es cuando se ponen de acuerdo los fabricantes para dejar al pueblo con los deseos”. Una abuela, que iba con sus dos nietos, expresó su insatisfacción: “ahora el gobierno se ha preocupado al fin porque haya pollo, salchichas y lo que se les ocurra, pero no falta un roto para un descosío”.

“Mi familia que vive en Marianao me ha asegurado que ni los busque, porque no los hay. Yo no consigo explicarme por qué hay tantos baches con los suministros en general, aunque ni debería pensar en eso porque ya son muchos años y casi siempre sin información en los medios de prensa que están para otros temas”, sostuvo otra señora que visitó varias cafeterías sin suerte.

Nestlé en reparaciones y en las otras fábricas el silencio por respuesta

A partir de tales hechos, Cubacomenta buscó las opiniones de representantes de las industrias en cuestión. Una fuente que prefirió no ser identificada de la empresa estatal cubana Coralsa S.A., en el municipio Playa, asociada a la multinacional suiza Nestlé, explicó como “en la actualidad nos encontramos en un proceso inversionista que permitirá la modernización de la industria, al tiempo que se instalan nuevas maquinarias y se remozan las ya existentes con la finalidad de que salga un producto de mayor calidad”.

La funcionaria, quien abundó en que no falta la materia prima, añadió: “las reparaciones no tardarán mucho en terminar”. Entretanto, ni en la fábrica de helados Alondra, ni en las oficinas de la dirección, comercial y el área de producción respondieron los teléfonos como tampoco en Bim Bom.

Nestlé, Alondra y Bim Bom, las marcas de helados más demandadas por los habaneros cuyo salario les permite darse esos gozos, se expenden a precios que oscilan entre los 90 centavos (Alondra) y los 2 CUC. Los sabores que más se ofrecen de Nestlé y Bim Bom son chocolate, fresa y vainilla o una combinación de algunos de estos. El Alondra, aparte de su costo algo más módico, deleita a muchos por su preparación a base de frutas frescas como guanábana, coco o piña.

Es posible que por esto cuando durante nuestro recorrido nos interesamos en una cafetería de La Habana Vieja por la presencia de los helados Alondra una de las gastronómicas nos solicitara insistentemente: “por favor, si averigua que pasa con los Alondra quisiera nos avisara, cuando los tenemos aumentan las ventas”.

Los particulares no dejan brecha

Una manufactura privada que se las ha ingeniado para emprender la invención de máquinas dirigidas a obtener helados artesanales ha aparecido de manera general en todo el país. En La Habana ya muchas dulcerías y otros centros cuentan con una concurrencia de público que  disfruta de los helados que se anuncian en el menú de cada casa.

El costo de estas “chucherías” como les llaman algunas familias que concurren con sus hijos, nietos o sobrinos, casi siempre supera las que comercializa el Estado, lo que en buena medida está influido por el confort de muchas de estas ventas. Por ejemplo, sobresalen en esta gama de negocios las Gelatto, Amore, Helad’oro o Arca de Noé, por las que unos cuantos apuestan por su deliciosa confección.

En establecimientos más modestos de la capital cubana, los denominados paladares, de igual forma quienes buscan pasar momentos agradables en muchas ocasiones tras el plato fuerte y antes del café tan degustado por el cubano, solicitan al mesero un flan, una tarta y otros postres que les son servidos con sabrosos helados de elaboración casera.  En el Vedado llegamos  hasta la muy frecuentada cafetería restaurante Doña Nelly, en la calle 23 casi esquina a la avenida G. Una pareja de jóvenes paladeaba un flan con dos bolas de helado, vainilla y chocolate. “Siempre que podemos nos dirigimos hasta aquí, nos queda cerca del trabajo y aparte de la buena comida no faltan estas maravillas que te hacen la vida más dulce”, opinó sonriente la muchacha.

“Lo que nos sorprende es como a los privados no les faltan los  helados cuando hoy en La Habana hay un carestía casi total. Al menos yo que gozo de ellos no logro conseguirlos por el barrio, aquí en el Vedado, y sé por colegas y amistades que donde residen tampoco los hay”, asevera cuando ya casi ha finalizado su postre.

Uno de los encargados del negocio al que pedimos sus consideraciones argumentó que los particulares son una fuerza que ya “a estas alturas no puede ignorarse, aunque siempre tengamos un tope para los dividendos. Aquí no estamos pensando en enriquecernos, queremos que nuestra labor nos dé gratitudes y complacer a la población”.

 


 

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