Bronca tumultuaria en el estadio de Santiago de Cuba

Lo que le faltaba a la Serie Nacional de Béisbol: las polémicas decisiones arbitrales desencadenan bronca en el estadio Guillermón Moncada. Todo comenzó en el terreno, pero lo peor fue a la salida del estadio

Una multitud indignada corriendo en varias direcciones, los llamados “Boinas negras” del Ministerio del Interior repartiendo “palos” a diestra y siniestra, descontrol y broncas tumultuarias, heridos y detenciones. Esto quizás sea una imagen común en los carnavales de cualquier región de Cuba, pero la escena de este miércoles ocurrió en las afueras del Guillermón Moncada.

Una masa desordenada de miles de aficionados se congregaron a la salida del estadio para arremeter contra los árbitros del partido, que acababa de ser sellado por oscuridad y contra los integrantes del equipo rival, los Elefantes de Cienfuegos.

Unas horas antes, el ambiente comenzó a calentarse después de reiteradas decisiones arbitrales en las que salieron afectados los jugadores de casa, y que terminaron en la expulsión de Adriel Labrada -uno de sus puntales ofensivos-por el juez principal Luis Daniel del Risco. A pesar de ser seleccionado hace unos días el mejor árbitro de la primera mitad del torneo, del Risco se ha hecho célebre por sus decisiones controvertidas y sus exageradas medidas en el terreno de juego al punto de expulsar en una ocasión al recogedor de pelotas del estadio Latinoamericano, algo nunca visto en estos campeonatos.

El desafío llegó a su último episodio con el marcador empatado a seis carreras, entonces fue cuando los rayos del sol comenzaron a ausentarse poco a poco del terreno de juego y ante la prohibición de encender el alumbrado por parte de las autoridades competentes, todos pensaron que el partido sería sellado para continuarlo al día siguiente en igualdad de condiciones, sin embargo, la orden fue proseguir las acciones y los visitantes cienfuegueros anotaron una vez para tomar la delantera en la pizarra.

Al consumir su última oportunidad los dueños de casa, se detuvo el choque y esto generó una airada protesta por parte de la dirección sureña, al ver como se le escapaba la oportunidad de triunfo y la posibilidad de salir del fondo de la tabla de posiciones.

El mentor Alain Álvarez Moya, quien unos días atrás había sido acusado por una peña universitaria presente en el estadio 5 de Septiembre de abuso verbal y groserías para con sus estudiantes, se descompuso y desencadenó una reacción en cadena dentro del terreno que propició la entrada de la policía con sus tropas especiales para sofocar la situación, algo pocas veces visto a lo largo de los 58 ediciones anteriores de los campeonatos nacionales. Estos sucesos iniciales fueron reflejados en redes sociales por seguidores de la Serie Nacional.

A partir de ahí, la situación se les fue de las manos a las autoridades y la pelea continuó en las afueras del Guillermón Moncada cuando más de 12 mil personas, impotentes por todo lo acontecido, quiso tomar justicia por sus propias manos contra sus rivales (jueces incluidos), ofreciendo un espectáculo deprimente.

En esta recta final, donde se exacerban las pasiones provinciales y todos los equipos participantes tienen aún posibilidades de incluirse en la post-temporada estos hechos pueden repetirse en cualquier momento.

La pésima actuación de los árbitros, la incapacidad de la Comisión Nacional de Béisbol con sus directivas cambiantes y sus vacilaciones ante los problemas que se presentan, la imposibilidad de encender las luces de los estadios lo que provoca artimañas y trucos de jugadores y directores para dilatar las partidos cuando están ganando, y la pérdida de valores de una sociedad atacada por crisis económicas; pueden en cualquier momento generar hechos aún peores donde haya que lamentar una desgracia mayor.

Hasta el momento de escribir estas líneas, no se había tomado medida alguna contra nadie y ningún medio nacional se había hecho eco de estos acontecimientos, acorde con la política oficial de barrer el polvo para abajo de la alfombra.

Roque Díaz