Cuba
Athanai Castro deberá cuidarse de esta periodista cubana
¡Quién lo iba a decir! Que a Athanai Castro, ese fenomenal músico cubano residente en La Habana y devenido por estos tiempos en handyman o el “arréglalo todo de la música cubana”, le iba a salir competencia.
Pues sí, le ha salido competencia y dura, en la periodista cubana Glenda Boza Ibarra, una mujer que se ha decidido además a romper estereotipos machistas mientras le responde, con hechos, a un tuitero identificado como @ElTioGalletica que se atrevió a decir que “las mujeres” no pueden reparar un tomacorriente.
De todo esto está ajeno Athanai, que ahora sin dudas tiene en Glenda competencia. ¿O no?
Y hablando de… Mira lo que me tocó hacer hoy. Te documenté todo el proceso. Desmontando imaginarios machistas y arreglando tomacorrientes. pic.twitter.com/fjOTy2t5v9
— Glenda C. Boza Ibarra (@glendaboza) September 1, 2020
Glenda, sin mucho tiqui tiqui, agarró un destornillador, abrió el enchufe y procedió a reparar el tomacorriente. Nada del otro mundo la verdad, pero que en ocasiones muchas personas ni se atreven a hacer por algo tan sencillo como “le tengo miedo a la corriente”.
Sí, claro, porque el arreglo no es arreglo hasta que se prueba; porque una cosa le puede parecer a Glenda o a Athanai Castro, que esté arreglada y lista y otra muy distinta resulta cuando la conectas a la corriente. Si no hace “POW” y metes el brinco, entonces no es que esté reparado, sino que al menos “no explota”.
¿Cuántas cosas no nos hemos dispuesto a arreglar nosotros con tal de ahorrarnos unos pesos? Los humanos, y los cubanos podemos dar fe de ello, nos hemos convertidos en pintores de brocha gorda repetidamente; plomeros destupiendo el fregadero; electricistas -como Glenda y Athanai-, y por ahí están “los muchos” que tienen carros y se la dan de mecánicos.
Esto tiene sus escalas, que conste. Los que menos saben hacer, suelen hacer gala de no saber siquiera cambiar un bombillo cuando se funde, o poner un clavo en la pared para colgar un cuadro; aunque también los hay verdaderos expertos en hacerlo todo, como mi amigo Fidelito, el de Puerto Padre, un hombre que llega, mide, corta, arma y pega.
A Fidelito le he visto arreglar carros y también instalar conexiones eléctricas y de plomería; y una vez, me hizo un cubículo de madera en la sala de la casa en un verdadero 2×3 mientras, en el fondo, lo recuerdo, escuchaba la excelente música que de las manos y de la guitarra de Athanai Castro, salen.
Por lo pronto habrá que ver si Glenda se decide a intentar la reparación de algo “más serio”. Un bebedero, por ejemplo, algo que yo una vez intenté reparar y terminé con tremendo patiñero en el suelo y tomando agua caliente por un par de días más, hasta que vino el verdadero técnico.
por Roberto A.
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