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Curiosidades de Cuba

Así se construyó el Capitolio: ¡Unas imágenes que te sorprenderán!

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En el lugar que hoy ocupa el edificio más imponente de La Habana, funcionaron durante el período de la colonia un hermoso Jardín Botánico y la Estación Ferroviaria de Villanueva, pero mucho antes se encontraba una ciénaga vasta e insalubre, que los vecinos de la ciudad convirtieron con los años en gigantesco vertedero, hasta hacer de sus miasmas fétidas un terreno firme. A partir de 1863, después de demolerse las murallas protectoras de La Habana, el espacio quedó conectado al Paseo de Marte y se hizo más distinguida la presencia de la Fuente de La India o de la Noble Habana, realizada por el artista italiano Giuseppe Gaggini e instalada en el lugar en 1837.

Tres años y 50 días de laboreo constructivo

De notable belleza, el Capitolio fue construido en sólo tres años y 50 días, una verdadera hazaña para su complejidad y magnitudes – 13 484 m2 de área edificada con exquisitas terminaciones y decorados y 26 mil 391 de jardines hermosamente diseñados por el urbanista francés Jean Claude Forestier, con paseos, aceras, bancadas y un centenar de farolas de hasta cinco luces, construidas en bronce, hierro y concreto.

En su construcción se concentró una fuerza de ocho mil obreros repartidos en tres turnos diarios; y fueron utilizados 5 millones de ladrillos, 150 mil bolsas de cemento, 32 mil metros cúbicos de arena y otros áridos, 3 mil 500 toneladas de acero estructural, 2 mil toneladas de cabilla, 40 mil metros cúbicos de piedra y 25 mil de piedra de Capellanía, que se trasegaba en bloques de hasta 9 toneladas por vía ferroviaria, después de extraerse de una cantera al sur de La Habana.

Grúas de las más eficientes para la época, sierras con discos de diamantes, herramientas especializadas, máquinas de aire comprimido y una permanente labor de adiestramiento que asumieron maestros canteros nacionales y otros que vinieron del exterior, contribuyeron a que la cantería – la especialidad constructiva en que se sustentaba el proyecto–, no se convirtiera en un problema para los cronogramas pautados por la Purdy & Henderson Co., cuyo más fuerte tropiezo fue el devastador ciclón de 1926.

Al costo de un generoso presupuesto de 16 millones 640 mil 743 pesos y 30 centavos (con valor similar al dólar USA del momento), que resultaba en extremo desmesurado frente a las necesidades de un país que vivía uno de sus peores tiempos, Machado al fin inauguró el Capitolio el 20 de mayo de 1929, dando por satisfecho el mayor de sus grandes sueños presidenciales.

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