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Una persona entró a la casa de un hombre de Massachusetts la semana pasada, pero no a robar precisamente.

Nate Roman le dijo a The Boston Globe que cuando regresó a su hogar en Marlborough después de cumplir su jornada laboral el pasado 15 de mayo, notó de inmediato que un extraño había entrado en su casa.

El hombre de inmediato se puso a buscar y descubrió que no le faltaba nada. Mientras, no salía de su asombro, pues la persona que entró en lugar de robarle lo que hizo fue, tender la cama, aspirar las alfombras y limpiar el baño. Por si fuera poco, hasta le hicieron unas rosas de origami con el papel higiénico.

Así le dejaron el cuarto a Nate Roman. Cortesía de Nate Roman

Que un intruso haya entrado a su casa no es cosa de juego y decidió llamar a la policía que aseguró jamás en sus muchos años de existencia como departamento había escuchado algo similar. Al contrario, le corroboraron que casi en el 100% de los casos cuando un intruso entra en una casa es para robar. O cometer al menos una fechoría. Pero, ¿limpiar? No, esa es nueva. Al menos para ellos. Además, le dijeron que no tenían ningún sospechoso, y seguramente ni perderían el tiempo en buscarlo porque, ¿si no hubo daños, para que investigar?

El hombre sin embargo narró el episodio como “raro y espeluznante”.

Se especula que haya sido alguna compañía de limpieza contratada por error, y que muy probablemente él dejó la puerta trasera abierta y que por ahí mismo entró el buen samaritano y le hizo una limpieza general a su inmueble.

Roman dijo que aún no sabe quién lo hizo, y dijo que pensándolo bien, ahora, resulta hasta gracioso, pero que en su momento no le causó ninguna gracia.

Roman bromeó: la única persona que vio al culpable fue el dragón barbudo de su hijo.

“Y él no va a decirle a nadie lo que vio”.

En señal de buena onda, Nate guardó las rosas que le hicieron con el rollo de papel higiénico como recuerdo de la experiencia vivida.

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