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Cuba

A temblar: así te pone conseguir un abrigo en Cuba

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Para conseguir un abrigo para los pocos días de frío, muchos cubanos recurren a las tiendas de ropa reciclada

El frío en Cuba es otra historia. La población, adaptada a los niveles altos de temperatura pocas veces se prepara con los atuendos necesarios para enfrentar los meses de diciembre y enero, que son los frescos. ¿Cuánto cuesta un abrigo? ¿Dónde los encuentras?

Según Ricardo, los dos que usa tienen más de una década. “Aquí nunca hace frío. Cuando voy a comprarme algo no me preocupo por eso, sino por ropa que vaya a utilizar con frecuencia. Todo está muy caro para gastar en un artículo que apenas finaliza enero lo guardas por 12 meses más”.

“Los míos los hice en la atelier en los 80”, rememora Aleida, de 57 años. “Cuando los talleres y costureras del gobierno eran las mejores. Antes había tipos de telas para escoger. No recuerdo el precio exacto pero sé que no fue más de 200 CUP. Me compré cuatro y ahí están, como nuevos”.

Al entrar a una boutique en el mercado de Carlos III y ver alguna de estas piezas, Elena piensa que los deben tener de adornos. En Cuba, las pocas tiendas de marca que hay son las únicas con piezas invernales. “Cuestan mucho, aparecen desde 30 hasta 50 CUC, en dependencia de la colección y la marca. Demasiado dinero para los mortales de esta tierra”, confiesa.

https://www.cuballama.com/envios/categorias/alimentos/combos

Desde la aparición de los negocios privados, los dedicados a la venta de ropa son de los más sustentables. A decir de los ciudadanos esto se debe a la ausencia de vestuarios necesarios en los establecimientos estatales. Enguatadas, chaquetas o bufandas son difíciles de encontrar en estos últimos locales.

Una de las pocas opciones es comprarlos en los particulares a 20 o 25 CUC. “Por lo menos ellos te lo traen por encargo y puedes ajustarte ese mes para adquirirlo. De lo contrario hay que vivir como la mayoría, con la herencia familiar, el que se le quedó a tu prima u otro porque ya no le sirve a tu abuela. Yo tengo algunos desde que estaba haciendo el Pedagógico con 20 años y ya cumplí 45”, expone Nereida.

“A mí el tiempo así me gusta, cero malos olores en la guagua y adiós a las gotas de sudor recorriéndote el cuerpo. Lo que sucede es que no me decido por un abrigo, lo veo, pregunto el precio y me arrepiento. De día me pongo camisas, si baja mucho, y de noche ni me atrevo a salir”, aclara Anderson.

La solución más viable para los asalariados suelen ser las tiendas de prendas recicladas, locales de venta por moneda nacional. “Con 100 pesos te compras dos mudas de ropa. Al final no son tan viejas y al menos resuelven un problema. Voy siempre, escojo un día para caminarlas. Gracias a eso me visto sin que signifique un gasto importante”.

Algunos como Ernesto creen que realmente no vale la pena preocuparse. “Para nosotros cualquier cosa es frío. Estamos tan acostumbrados al calor que al primer viento nos volvemos loco. Yo me pongo un pulover gordo y punto. Después del mediodía cuando sale el Sol, todo el mundo empieza a quitárselos”.

Otros, como Elvia aseguran que el invierno es un dolor de cabeza. “La etapa de los gastos”, así la define. “Entre los adornos y la vestimenta de diciembre se te va la vida. Después empiezas el 2020 con una mano delante y la otra detrás. El año pasado no bajó la temperatura, pero para este anuncian que sí. Fui a buscarle un abrigo al niño y 20 CUC me costó un pedacito de tela para un pequeño de 6 años”.

Texto y fotos: Vladia Rosa García 


 

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