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A pesar de los piñazos y gritos, este hombre siguió comiéndose sus papitas fritas
El video es viral y acumula 20 millones de reproducciones. Un hombre siguió comiéndose sus papitas fritas, aunque a su alrededor había peligro, y del bueno.
Un individuo se ha hecho famoso en el mundo entero precisamente por no hacer nada, algo muy contrario a lo que pasa hoy en día, en que la gente se hace famosa precisamente por “hacer algo”. A decir verdad, no es que el hombre no hiciera nada, pues sí que hizo: continuó comiéndose unas papitas fritas con la particularidad que a su alrededor se desarrollaba tremenda bronca a la cual él pareció estar ajeno por minutos.
Lo normal en estos casos es que la persona “se involucre”, o al menos se levante y se aleje de la escena en conflicto. Este hombre, que fue identificado posteriormente como Chris Hill, de 52 años, no hizo nada de eso; se quedó sentado donde estaba, miró por unos segundos a los litigantes y siguió en lo suyo, que era calmar el hambre en su estómago.
El video que muestra toda la escena es viral en Twitter, donde acumula 20 millones de reproducciones.
Wow fight In kens kebab pic.twitter.com/WcvGgE2kqY
— Beth Deakin✨ (@xbethdeakin) January 11, 2020
El hecho ocurrió el pasado viernesen un local donde venden Kebab, en Portsmouth, Reino Unido.
Alrededor de la mesa donde se encontraba Hill estalló una pelea masiva, y si bien los golpetazos y los gritos llamaron la atención de los internautas, no pocos se fijaron y aplaudieron la impasibilidad del hombre, quien se mantuvo tranquilidad en medio del caos desatado en el restaurante Ken’s Kebabs.
— Beth Deakin✨ (@xbethdeakin) January 11, 2020
Los medios luego fueron tras sus declaraciones, y este dijo al diario The Daily Mail que se encontraba escuchando la radio con sus auriculares.
«Pensé en moverme en un momento, pero estaba disfrutando de mi kebab y mis papas fritas (…) aunque las papas no estaban muy buenas», comentó.
Seguramente, y según puede apreciarse en el video, Hill valoró que el atacante estaba siendo controlado eficazmente; que no había riesgo, y siguió impávido y hierático, probablemente convencido que todo se calmaría y que llegaría la policía y se encargaría de resolver la trifulca.
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