A 85 asciende cifra de fallecidos por explosión de oleoducto en México

Seis de las personas que fueron hospitalizadas en México tras la explosión de un oleoducto Hidalgo, México, fallecieron en las últimas horas y con ellas suman ya 85 las víctimas mortales del suceso, provocado por una perforación ilegal hecha para robar gasolina.

Todavía permanecen ingresadas en los hospitales alrededor de medio centenar de personas, varias de ellas con quemaduras de hasta el 80% en varias partes de su cuerpo, por lo que las autoridades temen que el número de víctimas aumente en las próximas horas.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador compareció este domingo por segunda ocasión para expresar su pésame a todos los familiares de las víctimas. Durante la comparecencia, AMLO expresó que su gobierno continuará ayudándolos y apoyando “en todo lo que sea necesario”. Obrador destacó que ha recibido mensajes de aliento enviados por autoridades de más de 90 países, interesándose todos por lo sucedido, por los heridos y lamentando la muerte de los civiles.

AMLO anunció que su gobierno continuará con la investigación de los hechos, ocurrido mientras un grupo de civiles se encontraba cerca de una toma clandestina de gasolina, que explotó por causas aún desconocidas. Testigos del incidente revelaron que existía “mucho desorden” en el lugar, que muchas personas se rociaron con gasolina al intentar acercarse a la toma, y otros hasta se encontraban fumando cerca de ellos.

El pasado sábado fueron hallados más cadáveres en el sitio del siniestro, varios de ellos completamente carbonizados por lo que una primera identificación de ellos se hizo prácticamente imposible, y las autoridades debieron solicitar a los familiares de las personas desaparecidas que se hagan pruebas genéticas para ayudar en la identificación de los cuerpos que se encuentran irreconocibles.

El estallido ocurrió la noche del viernes. Unos traficantes de combustible, conocidos como “huachicoleros” perforaron un ducto y hasta el lugar se desplazaron unas 700 personas con porrones y contenedores para apropiarse de la gasolina. Varios militares llegaron a la zona, pero el reducido número de estos hizo prácticamente imposible contener a la multitud necesitada del combustible.

Quiérase o no, el hecho ha puesto de manifiesto una explicación al motivo por el cual, desde el pasado 23 de diciembre y por órdenes de López Obrador se lanzó la campaña para combatir el llamado “huachicoleo”, que es como se conoce el robo y tráfico de combustible en el país que, según cálculos, deja pérdidas por unos 3.000 millones de dólares anuales. Un delito que ya lleva tiempo sucediendo y que ningún otro presidente mexicano al parecer le había interesado combatir.

AMLO dijo que seguirá combatiendo el robo de combustibles, ahora con más fuerza que nunca, en una nación donde parecen reinventarse las actividades delictivas. El tráfico de personas y de gasolina, son al parecer algunas de las “estrategias” asumidas por los delincuentes aztecas para “diversificarse” en sus actividades delictivas luego de la desarticulación de varios carteles de narcotráfico.

No está claro como el gobierno de AMLO enfrentará efizcamente este nuevo delito, toda vez que los planos ingenieros que muestran por donde pasan las tuberías que conducen el combustible de un punto a otro ya se hallan en manos de los huachicoleros.