Cuba
Atentos clientes de 19 y 42 con la estafa del ají cachucha
Una colaboradora nuestra es “estafada” con una supuesta bolsa de ají cachucha que le costó 15 pesos y solo traía 3 ajíes cachucha.
En medio de la pandemia del coronavirus y de la escasez de alimentos en la isla, nuestros “aguerridos” vendedores de alimentos en los agromercados no les basta con estafar a sus coterráneos en la pesa, donde a veces no te tumban gramos, sino libras; o como en este último caso que nos envía desde La Habana nuestra colaboradora Gisela Vázquez: te venden una bolsa de algo que supuestamente es ají cachucha.
Gisela, nacida en el campo e hija de padre y madre trabajadores del campo, es toda una experta en alimentos.
“Si voy a saber yo qué cosa es y qué cosa no es un ají cachucha“, dice mientras se lamenta de haber sido estafada por no haberse fijado bien en lo que había dentro de la bolsa
Quince pesos le costó a Gisela el dichoso paquete de ají cachucha.
“Trae quince ajíes; a peso cada uno, pero solo tres eran cachucha como tal; el resto es otra cosa“, afirma desde La Habana la estafada Gisela, mientras regresa a su casa caminando.
En su odisea por el mercado agropecuario de 19 y 42 que Gisela cariñosamente llama “El agro-boutique”, no solo compró el ají cachucha para hacer unos suculentos frijoles, sino además un aguacate, este aguacate en 20 pesos.
Este aguacate costó 20 pesos en el agromercado de 19 y 42, en Playa, La Habana
Este es el paquete de ají cachucha que tiene 3 ajíes cachucha y el resto “otra cosa ahí”
Esta cubana, luchadora donde las haya, que se acuesta a las 12, 1:00 am y 2:00a m, trabajando y luchando sus pesos; y que a las seis ya está de pie -dice- “luchando su yuca”, asegura que el país “está de tranca” con el tema de los alimentos.
La visita al agro por poco le arranca una lágrima. Allí estaba la libra de guayaba a 50 pesos, el mismo precio que tenía un macito de uvas; y encontró unos plátanos pequeños, arrugados, de freír, en 3 pesos.
La joven ayer “explotó” contra un funcionario mediocre que se encontró, no precisó en qué lugar, y que supuestamente intercedía en una “especie de protesta”.
“Le dije hasta del mal que iba a morir. Pobre hombre“, se lamenta Gisela que reconoce su error.
“Se me fue la mano; pero cuando uno acumula tantos sinsabores y problemas imagínate. Les dije que estaban matando al pueblo de hambre, que no eran funcionarios del pueblo porque no tienen ni 9no grado“, explica Gisela mientras intenta afanosamente coger una botella que la lleve de regreso a su casa.
por Ariel P.
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