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Cuba

El sector privado del turismo en Cuba ha “sufrido” durante este año

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Por  Flavia Viamontes

El precario crecimiento económico de Cuba se quedará en el orden del uno por ciento este año y nunca se podrá llegar al dos por ciento que se había anunciado anteriormente. Las autoridades le achacan la baja a la caída en las exportaciones y en los ingresos por turismo.

Este último sector que durante 2016-2017 creció considerablemente,  aupado, más que nada, porque las interacciones con Estados Unidos comenzaron a ver una luz, ha decrecido en 2018 y se lo ha sentido sobre todo, el sector privado que trabaja para el turismo.

La mayor parte de los visitantes que llegan a Cuba se hospeda en las más de 23 000 habitaciones particulares que existen en todo el país, según cifras que ofreciera el Ministerio del Turismo (MINTUR).

Sector privado del turismo en La Habana y Camagüey

Turísticas por excelencia, La Habana y Camagüey reciben un amplio número de visitantes al año, que en los últimos meses ha disminuido sustancialmente.

En la capital, Sarita tiene un hostal con tres habitaciones confortables en el Vedado. Hasta hace un año atrás, relata a Cuballama, siempre tenía al menos dos habitaciones llenas toda la semana y una que recibía turistas de paso. Pero desde el mes de marzo hasta la fecha, la afluencia ha sido baja. “No puedo decir que no tengo clientes, aunque nunca como entonces. Durante la semana, aproximadamente, tengo una habitación o dos llenas, pero por pocos días”, aseguró.

Para diciembre, en cambio, las cosas parecen cambiar. La mayoría de sus reservas las hace a través de Airbnb, las redes sociales o entre clientes complacidos. “Hasta el momento tengo buena parte de diciembre y enero ya reservada”.

Agrega Sarita que los extranjeros le temen a la temporada ciclónica. En los diez años que lleva en este negocio, siempre los meses de junio a noviembre son bajos. “Aunque nunca como este 2018”, reitera.

Similar experiencia tienen en Camagüey los arrendadores privados; al igual que en La Habana se siguen abriendo hoteles en la ciudad. Para 2019 se prevé la incorporación a la cadena Meliá del hotel Camagüey, con la marca Innside y se espera, además, que logre de inmediato la categoría de cinco estrellas.

Después del aeropuerto capitalino, el de Camagüey es uno de los que más turistas recibe. Las cifras de 2017  indican que llegó a recibir más de 250 mil visitantes, y en octubre último se sumaron nuevas líneas que operan en la región como Viva Aerobus, a cargo del enlace de la ruta de Cancún-Camagüey.

En la provincia más oriental del centro de la isla,  el turismo que llega fundamentalmente es el que recorre varias localidades cubanas por su cuenta y se hospeda en casas particulares. La Casa de Violeta, en el centro de Camagüey, es uno de los hostales más conocidos. Cuenta su propietaria a Cuballama que hasta para ella “que siempre está llena y tiene clientela fija cada mes”, la poca llegada de turistas le ha afectado.

“No he sido una de las que más ha sufrido, pero he tenido que bajar los precios. Es decir, cobrar 15 CUC diarios en lugar de los 25 CUC que es el precio oficial. De esos 15, tengo que darle tres al intermediario que me trae al turista. Al final cobro 12 y es poco para lo que hay que pagar por las licencias y todo lo demás”, explica.

Alina, la dueña del hostal de Villa Amalia, no ha tenido la misma suerte. Nos confirma que en estos meses aprovechó y cerró para hacer algunos arreglos pendientes porque el turismo está muy bajo. “No puedo pagar la licencia si no tengo clientes, así que aprovecho. A mediados de noviembre planeo abrir porque diciembre es un buen mes. Ya me hicieron algunas reservaciones previas. Pocas, pero al menos para fines de diciembre tendré dos de las tres habitaciones cubiertas”.

Taxistas y el turismo en Cuba

No solo el sector de los alquileres ha sido el que más ha sufrido. Los taxistas de cooperativas que trabajan en autos arrendados al Estado se la están viendo difícil. “Estos meses han sido malos. Nunca habíamos estado así”, se lamenta Daniel, chofer de un Renault Latitude arrendado a Taxis Cuba. La cantidad de dinero que deben pagar al estado es enorme. Desde la licencia de cuentapropistas, el arrendamiento, la gasolina: “Es demasiado dinero y poquísimo el trabajo en los últimos meses”.

Daniel aclara que luego de la apertura con Estados Unidos, momento en el que Cuba “se puso  de moda”, el crecimiento del turismo fue valiosísimo. Se trabajaba muchísimo, pero la ganancia era óptima.  “Pero después que se armó todo el problema con las advertencias de Trump para los norteamericanos que viajen a Cuba, y el huracán Irma que afectó a todo el país en septiembre, todo se vino abajo”, reconoce.

En su caso trabaja con varias agencias de viajes que traen norteamericanos y los mueve por todo el país. Nos comenta que realmente hay clientes, pero pocos. Se hacen dos o tres trabajos semanales y para las provincias van poco. Fundamentalmente optan por las excursiones de un día a Varadero o Viñales. “La cosa está mala”, exclama Daniel en perfecto argot cubano.

Lo que me cuenta contrasta con una información que publicara hace solo unos días la turoperadora insightCuba, especializada en organizar paquetes turísticos para estadounidenses que buscan hacer turismo a Cuba. De acuerdo con insightCuba, desde julio pasado han aumentado en un 10% las reservas para viajar a la isla, sobre todo en paquetes para grupos y organizaciones profesionales.

Ese auge que plantea la turoperadora puede traducirse en que para la temporada pico de diciembre están ofreciendo hasta mil dólares de descuento por pareja, en muchos de sus paquetes de viaje.

También aumenta el número de visitantes que llega en cruceros, pero ese es un turismo que deja pocos ingresos al país. Si en 2016 un extranjero gastaba una media de 765 dólares, un crucerista desembolsaba apenas 50, según precisa en un informe elaborado por The Havana Consulting Group.

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