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El número de muertes relacionadas con el paso del huracán Florence por la costa sureste de Estados Unidos aumentó a 23 con el fallecimiento de un bebé después de que un árbol cayese sobre su casa, informan hoy medios locales.

El bebé, de 3 meses, no pudo superar las heridas sufridas cuando un pino se derrumbó sobre la casa móvil familiar en la tarde del domingo, informó el comisionado del condado de Gaston, en Carolina del Norte.

Esta es la segunda muerte de un niño pequeño a causa de Florence, después de que el viernes falleciese otro, junto con su madre, cuando otro árbol cayó sobre su vivienda en Wilmington, ciudad cercana a donde el ojo de Florence tocó tierra como huracán de categoría 1 y vientos de 90 millas por hora.

Las peores inundaciones tras el paso del huracán Florence aún están por llegar

La devastadora tormenta tropical Florence se trasladaba por el oeste de Carolina del Norte a primera hora del lunes y continuaba descargando lluvias que no tenían dónde drenar, excepto en ríos sobrecargados, carreteras y hogares, amenazando más vidas en su avance hacia Virginia y Nueva Inglaterra, apunta un despacho de la agencia Reuters.

Para las ya inundadas Carolina del Norte y Carolina del Sur, “lo peor está por venir”, ya que los caudales de los ríos aumentan a niveles históricos, vaticina Zach Taylor, experto del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos. “La tierra está empapada y no puede absorber más lluvia, por lo que el agua tiene que ir a algún lugar, por desgracia. Esos ríos comenzarán a elevarse más tarde hoy y el martes y tal vez por más tiempo”, agregó el meteorólogo.

Inundaciones repentinas, advertencias de deslizamientos de tierra y “prolongadas inundaciones significativas de los ríos” en toda la región continuarán durante los próximos días, informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

La ciudad costera de Wilmington sigue aislada este lunes por las inundaciones. Decenas de miles de viviendas resultaron dañadas y se registraron al menos 17 muertes en Carolina del Norte y Carolina del Sur.

“La tormenta nunca ha sido más peligrosa de lo que es ahora”, ha manifestado Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte en conferencia de prensa. Más de 900 personas fueron rescatadas de las inundaciones y 15.000 aún permanecen en albergues en el estado.

“Nuestras carreteras están inundadas, no hay acceso a Wilmington”, explicó a los medios de comunicación el presidente de la Comisión del Condado de New Hanover, Woody White. “Los queremos en casa, pero no pueden venir todavía”, puntualizó.

En Leland, una ciudad baja al norte de Wilmington, las casas y los negocios fueron devorados por el agua, que subió hasta 3 metros sobre la carretera. Rescatistas y voluntarios sacaron a los residentes varados en botes. Muchos caminos eran intransitables.

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