Zoo de Miami sacrifica a jirafa de 12 años

Pongo, una vieja jirafa macho, tuvo que ser sacrificada en el Zoo de Miami por complicaciones con una lesión.

El Zoo de Miami informó que tuvo que aplicar la eutanasia este lunes a Pongo, un ejemplar que presentaba problemas reiterados con una de sus patas.

“Es con gran tristeza que los funcionarios del zoológico de Miami han tenido que tomar esta mañana la difícil decisión de sacrificar a Pongo, una jirafa macho de casi 12 años”, indica el reporte publicado en la página oficial de la institución.

Se trataba de un espécimen que nació en 2009 en el Zoológico de Denver, pero que tras su llegada al estado del Sol meses después se volvió muy popular y creció hasta convertirse en el más grande del rebaño.

Según explican, llevaba meses sufriendo un terrible dolor que se hacía cada vez mayor en el casco de su pata trasera izquierda debido a una pequeña fractura que no se quitaba.

Ya en septiembre pasado fue inmovilizado para poder curarlo de dicha fractura y otras dificultades que experimentaba debido a esta, pero no dio resultado.

Veterinarios de distintas instituciones se unieron para intentar encontrar una solución al sufrimiento del animal, le aplicaron terapias con rayos láser y le colocaron zapatos especiales personalizados, con el objetivo de lograr la curación de la fractura.

“Contra todo pronóstico, la inmovilización fue exitosa y el equipo pudo colocarle a Pongo zapatos personalizados que parecían aliviar el dolor. Inicialmente, esto hizo que caminara normalmente, lo que fue un gran alivio para el equipo. Sin embargo, varias semanas después del procedimiento, los zapatos se desprendieron y en algún momento después de la pérdida de los zapatos, aparentemente volvió a lesionarse ese casco”, explican.

El equipo del Zoo de Miami batalló para no tener que inmovilizarlo de nuevo y aplicó varios tratamientos hasta que no quedó más remedio que volver a hacerlo para llevar a cabo otras investigaciones.

Pero las nuevas radiografías mostraron que la pata de Pongo se había fracturado aún más, para lo cual no había ya tratamiento posible, ante lo cual decidieron sacrificarlo.

Omar Cortázar