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Sancti Spíritus pone sus precios en el “Ordenamiento”

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Los precios del ordenamiento en Sancti Spíritus “parecen altos” por un lado, pero por otro “bajitos”. Los productos agrícolas no existen a esos precios en el territorio.

La provincia de Sancti Spíritus estableció sus “precios máximos minoristas” en medio de la llamada Tarea Ordenamiento; tanto para los servicios que ofrecen las formas no estatales como para los productos agropecuarios.

Tanto unos como otros, con el precio por delante, constituyen el eje de un debate a nivel nacional, donde los más vulnerables parecen llevar la peor parte en una estrategia que el propio Estado ha reconocido que se adecuará sobre la marcha, lo cual para muchos significa que el país es como una enorme escopeta que tira disparos a un lado y a otro y que, para colmo de males, ha dejado en manos de los gobiernos municipales y provinciales, la delimitación de no pocas reglas, dentro del marco nacional de orientaciones.

Parte de las quejas tienen que ver con una desvinculación de la realidad por parte de esos mismos dirigentes, a los cuales, también, se les acusa de no estar muy preparados que digamos. Por si fuera poco, las estrategias para aclarar, hacer entender, educar, pasan por dificultades. En ocasiones, la persona encargada de hacerlo, ni siquiera aprobaría un nivel elemental de comunicación.

Parte de eso se explica, por ejemplo, en el diario Trabajadores de esta mañana. En el diario oficialista, en un texto titulado “Pulsando la Tarea’los periodistas Yolanda Molina Pérez, Betty Beatón Ruiz y Ramón Barreras Ferrán dicen, entre otras cosas, que “son muchas las inconformi­dades, acrecentadas por el hecho de que, ante los cuestionamientos, los análisis posteriores que con­llevan la adecuación de precios dejan ver premura, superficiali­dad y arbitrariedad”.



Se habla aquí de que “cualquier desacierto en la im­plementación tendrá un alto cos­to político y social”.

Se explica además que estos errores, lastran “la confianza de la población, pues son decisiones que impactan ne­gativamente sobre las finanzas familiares” y se habla de “dislates tota­les”; de “problemas que existen en la preparación y capa­citación de quienes deben formar precios” y del “desconocimiento de quienes tienen la obligación de revisarlos y aprobarlos”, a la vez que se critica que sean, estos “errores” numerosos y en varios sectores a la vez.

La gente se cuestiona por qué, por ejemplo, un conito de churros que anteriormente valía 5 pesos, ahora cuesta 15, si la calidad sigue siendo la misma, pero hay que entender que los que venden el aceite, el azúcar y la harina, han subido los precios. En Cienfuegos, por ejemplo, la gente se queja de que los boteros quieren subir los precios. Argumentan que gasolina y petróleo hay, pero los conductores de los autos se defienden diciendo que un tornero ya no les hace la pieza que necesitan por el mismo precio que tenía en el 2020, porque a él el acero se lo venden más caro. Al ponchero, que usa un compresor para llenar de aire las gomas, y usa una “plancha” para coger los ponches, le subieron la tarifa eléctrica.

En Santi Spíritus, una provincia en la que ahora mismo no hay cigarros en ningún lugar -y este es un ejemplo que pudiera parecer “poco saludable”si tenemos en cuenta la importancia que reviste fumar- no son pocos los productos que se anuncian a “un precio” bajo, barato, dada las actuales circunstancias y que sencillamente no existen; no a ese precio.

Quizás sabedor de todo eso, pero urgido por no añadirle más combustible a la llamarada y “en correspondencia con el Decreto-Ley 17 “De la Implementación del Proceso de Ordenamiento Monetario”, que establece la unificación monetaria y cambiaria”, el gobierno de la central provincia aprobó los precios máximos minoristas para las formas no estatales que regirán en el presente año y para los alimentos agrícolas.

En los listados, por ejemplo, resaltan la Cerveza Cristal y Bucanero a 50 CUP, mientras que la importada costará 60. El pomo de refresco de un litro y medio costará 50 CUP también.

Un pelado de hombre en Sancti Spíritus costará 15 pesos y a las mujeres les costará 20.

En cuanto a los productos agrícolas -la mayoría inexistentes, es la verdad- los precios parecen sacados de una novela sobre el Paraíso Tropical. La libra de boniato a 1,55 CUP.  El plátano vianda a 3,70 y el plátano burro a 1,50, si son de “primera calidad”.

La libra de malanga costará 6,10 y la de papa, tres pesos. La calabaza 3,35; la guayaba 5,75; el mango 5,75 y la fruta bomba 3,70.

Un producto como el tomate, caro siempre que aparece, costará, por libra “apenas” seis pesos.

Ver para creer.

Ariel P.

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