Pollo sin cola y un refrigerador con desperfectos y sin garantía a $700 CUC

Adentrarse en las tiendas cubanas es como estar en Magic Kingdom. Allí, en cualquiera de ellas, en apenas unos metros cuadrados puedes encontrar “de todo como en botica”. Ojo, no estamos hablando de productos. O tal vez sí.

Por ejemplo, te puedes encontrar con la empleada más alegre, risueña y dispuesta ayudar de toda la tienda; pero también con su opuesto: aquella que no quiere trabajar, que tiene mala cara y que para colmo de males no pone reparos en proyectártelo en la cara. Esa misma, esta última, es la que cuando tú pides llamar al gerente te pregunta: “Ay, chico, ¿por qué te pones así? Yo no dije nada malo”.

También te encuentras productos que están en los estantes y no pueden venderse porque el código no está pasado por caja. O aquellos otros que en el estante dice que valen $2.50 y cuando revisas el comprobante costó $2.75. O más.

Es en las tiendas cubanas donde te encuentras lo más inaudito. Desde una cola para el guardabolsos, pasando por un custodio que no te deja entrar en short y en chancletas; hasta productos con un precio tan alto que ahí mismo te cuestionas tú si alguna vez lo venderán.

De todo esto – o de casi todo esto – encontramos durante una visita a la tienda del Ten Cent en el Boulevard de la Ciudad de Santa Clara, en la provincia de Villa Clara. Y tal como expresa el título de esta nota, eso fue lo que encontramos.

Había dos neveras abarrotadas de pollo y ¡no había cola! Al parecer los santaclareños no se habían enterado que había llegado el pollo al lugar por lo que encontrarlo así, “por cajas”, y sin gente atrincherada en las afueras del establecimiento pugnando por entrar fue todo un milagro.

Atrás, una nevera llena de embutidos y, por supuesto, unas cajas en el suelo esperando que venga la persona encargada de recogerlas.

También nos encontramos una cafetera DeLonghi que curiosamente, si es el mismo modelo que esta otra encontrada en Best Buy no estaría en muy mal precio, aunque en la TRD solo tiene 30 días de garantía.

Encontramos además un toldo, pequeño, que cuesta más de $200 CUC.

Y el producto estrella: un refrigerador “con desperfectos técnicos”, sin garantía, en 700 CUC.

Esta es “la magia de los precios” en las tiendas cubanas. Una cafetera con un precio similar a una que se vende en una tienda de los EE.UU. (¿no será una cafetera de alguien que se está vendiendo “por fuera”?) y un refrigerador roto, que muy bien pudiera pasar a ser “medio básico” del establecimiento porque…  ¿quién gastará $700 CUC en comprarlo?

Roberto A.