La playita de 70 vuelve a alegrar a los habaneros

Texto y fotos: Lucía Jerez

Para los habaneros, la playita de 70 ha sido punto habitual de encuentro con los amigos

La playita de 1ra y 70, en la zona capitalina de Miramar, angustiaba a los vecinos y visitantes por su alarmante estado de abandono. El diente de perro y las desvencijadas sombrillas de guano eran los ornamentos. Sin embargo, hace dos meses un carnaval de luces llama la atención en el lugar, sobre todo durante la noche.

Un peculiar paseo marítimo se ha estrenado allí y no para de recibir los aplausos del público que lo frecuenta. Más de una decena de establecimientos conforman un variado plan de opciones del que pueden disfrutar clientes de todas las edades. Quioscos de comida rápida, puntos de venta de artículos artesanales, restaurantes, cafés y carruseles para niños, convergen con otra gran cantidad de obras aún en construcción.

Ana Delia Ibáñez, administradora de uno de los locales, explicó a Cubacomenta que el proyecto forma parte de una iniciativa de desarrollo local a la que se unieron los cuentapropistas. “Aquí muy pocas cosas son estatales. Por ejemplo, todos los restaurantes son privados, con excepción de El Aljibe, que es una extensión del perteneciente al grupo Palmares y famoso por sus pollos asados”.

Si bien los precios son en CUC y no están al alcance de todos los bolsillos, presentan una diferencia si se compara con las tarifas de otros centros capitalinos.

Eso hace que Julio vaya a menudo con su familia, y, ahora, haya escogido el paseo marítimo para celebrar su cumpleaños cincuenta. “A ver, barato no, pero es un poco más económico. A nosotros nos gusta el ambiente, el servicio y los productos. Creo que lo que más le atrae a la gente es lo atípico de esto porque no se parece a ninguna otra área”, contó.

“Como ves aún hay muchas construcciones en desarrollo y, aunque eso pueda aparentar cierta desorganización, no hemos parado de recibir clientes desde la apertura hace aproximadamente dos meses. Algunos de los negocios tienen una dependencia en otros lugares de La Habana, pero la mayoría de los dueños han comenzado desde cero aquí y se han atrevido a empezar, incluso, teniendo en cuenta que  la competencia es inevitable”, dijo Andy, un bartender.

Mercy está entre los emprendimientos gastronómicos. Según una de sus dependientas, la propietaria abrió ahí por primera vez, y, hasta la fecha es rentable. “Lasañas, pizzas, tapas, postres y servicios de coctelería aparecen en nuestro menú. Estamos llenos la mayor parte del tiempo y es fascinante trabajar en un entorno tan original”.

Quien entre allí puede apreciar desde el comienzo la fuerza de los emprendedores de este archipiélago que arriesgan y se impulsan ante inseguridades y medidas que no siempre los favorece. Focos, sogas, y plástico reciclado para imitar la madera, son los materiales predominantes que evidencian lo mucho que puede hacerse, aun cuando los recursos no están al alcance de las manos.