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EEUU

Nueva denuncia de agresión sexual contra Donald Trump

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Una exmodelo -residente hoy en Florida- denuncia episodio de agresión sexual por parte de Donald Trump

En entrevista en exclusiva con el diario británico The Guardian, la exmodelo Amy Dorris ha denunciado a Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, de agresión sexual. Los hechos de los que Amy da cuenta hoy habrían sucedido, según su testimonio, en Nueva York en los días del torneo de tenis US Open -del 25 de agosto al 7 de septiembre de 1997.

Dorris, que tenía entonces 24 años, explica que Trump la sujetaba de una manera que no podía soltarse.

“Me metió la lengua hasta la garganta y yo lo rechacé. Entonces fue cuando me agarró más fuerte, sus manos me apretaban mucho, sobre mi trasero, mis pechos, mi espalda, todo. Me atenazaba y no podía soltarme. No sé cómo se llama cuando le metes a alguien la lengua hasta la garganta, pero la empujé con mis dientes. Yo la empujaba y es posible que le hiciese daño en la lengua”, refiere la exmodelo.

De momento, los abogados del actual inquilino de la Casa Blanca ya han hablado por él, que niega tajantemente haber acosado, abusado o comportarse indebidamente con la exmodelo.

Para la entrevista exclusiva con The Guardian, Amy Dorris -que actualmente reside en Florida- proporcionó lo que ella considera pruebas para respaldar el relato de sus encuentros con Trump en 1997 en Nueva York: su boleto para el US Open y fotos junto al magnate inmobiliario por esos días. En esas imágenes aparecen otros rostros conocidos como Leonardo DiCaprio, Lenny Kravitz y el que era el novio de Amy, Jason Binn. Binn, fundador de varias lujosas revistas de moda y estilo de vida era amigo de Donald Trump.

De acuerdo con algunas fuentes, en 1999 Jason describió al empresario inmobiliario como su “mejor amigo”. Para este artículo se intentó que Jason Binn hablase pero no respondió. Sin embargo, según los abogados de Trump, Binn les aseguró que no recordaba que Dorris le dijera que algo inapropiado había sucedido con Trump o que se sentía incómoda con él”. Leonardo DiCaprio y Lenny Kravitz tampoco han querido pronunciarse al ser consultados por The Guardian.

La denuncia de Amy sí se corrobora con otros testimonios obtenidos por el diario británico: una amiga en Nueva York y la madre de Dorris, a quienes llamó poco después del presunto incidente; así como un terapeuta y amigos con los que habló pasado el tiempo.

Las denuncias hechas a destiempo suelen ser muy mal acogidas por algunos. De todo se ha dicho sobre mujeres que han señalado años después a sus agresores. Hasta que son aprovechadas y oportunistas. Y con la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Amy Dorris se convierte en blanco fácil. Probablemente veamos en días siguientes cómo será vapuleada. Casi ninguno se detendrá a pensar -ni por minutos- en que si lo que hoy cuenta es cierto, aunque sea 23 años después, es ella otra víctima de agresión sexual. De las muchas que callan por temor a la notoriedad del hombre que las agredió.

Los votantes de Donald Trump ni se darán por enterados. Otra maniobra para desestabilizar al hombre -repetirán- que desde su llegada a la Casa Blanca trabaja para hacer a América grande, de nuevo.  La prensa y sus fake news, exclamarán otros. Nada manchará la reputación del mandatario.

Su mayor valor son sus votantes, que le creen todo y no le cuestionan nada. Da igual lo que haga o deje de hacer. Cuando en 2016, The Washington Post sacó la grabación de aquella charla entre Trump y un presentador de televisión, en la que a Donald habla así de las mujeres,“cuando eres una estrella, te dejan hacerles cualquier cosa…”, a más de un simpatizante del candidato republicano le escuché la defensa de que por qué sacar eso ahora, que había sido hace mucho tiempo.

Amy Dorris pareciera estar preparada para lo que se avecina, o no: “Estoy harta de que se salga con la suya. Estoy cansada de estar callada. Es algo catártico. Sólo quiero que esto se sepa. Y quiero que la gente sepa que este es el hombre, este es nuestro presidente. Este es el tipo de cosas que hace y no se puede aceptar”.

Neus Francino

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