Animales
No más a los gatos en la basura; ¡esterilizar!
Arrojar gatos, perros, o cualquier animal a un cesto de basura es un crimen. La tarea que tenemos que enfrentar es esterilizar, pero también educar.
Una nueva denuncia sobre el maltrato animal vio la luz en las redes sociales. Odalis Jaramillo, una de las protectoras animalistas que lleva bien en alto el estandarte de la lucha a favor de los que no tienen voz, denunció que cerca de su casa, en la esquina de Santa Irene y Durege, en Santos Suárez, alguien había arrojado a la basura tres gatos. O por decirlo mejor: tres gatitos recién nacidos.
El hecho, que a menudo se repite en no pocos lugares del país lo califica ella como un asesinato. ¿Por qué no esterilizar? ¿Por qué no dar en adopción? ¿Por qué arrojarlos a la basura para que mueran de inanición o triturados por el camión recolector?
Preguntas similares a estas surgen ahora mismo al ver el post de Odalis
En el día de ayer, mi vecino Jorge Mirabal me avisa de unos gatitos maullando en la basura, efectivamente saco del…
Posted by Odalis Jaramillo Arabí on Thursday, February 27, 2020
Una respuesta personal, enfocada en el tema puntual, nos llevaría a cuestionar las cualidades humanas de quien arrojó estos gatos recién nacidos al basurero. Sin embargo, al tratarse de un problema generalizado, esto nos permite cuestionarnos la naturaleza de la educación que estamos recibiendo. De los valores que estamos transmitiendo; del poco aprovechamiento de los espacios públicos, de los medios de difusión y de nuestro sistema de educación.
¿Qué se necesita, por ejemplo, para que en nuestras escuelas, nuestros más pequeños asistan a talleres donde se les enseñe el amor por la flora y la fauna? ¿Es acaso mucho pedir que las escuelas del país se asocien con protectores para que se den conferencias y talleres dirigidos a sembrar el amor y el respeto por la vida entre los más pequeños?
Ideas, en este momento, hay muchas. El establecimiento de una Ley de Bienestar Animal, así como el endurecimiento del código penal cubano para que en este quede tipificado el delito de maltrato animal según su grado, resulta insuficiente si, paralelo a eso, nuestros medios de difusión no se enfocan en divulgar y educar.
Mientras eso no se haga y no se actúe mancomunadamente, escenas como estas se repetirán; y no solo en la esquina de Santa Irene y Durege, en Santos Suárez, La Habana.
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