Cuba
Muñequitos cubanos: “si dejaran descansar a Chuncha”
Por generaciones, los pequeños cubanos han visto en la tele los mismos muñequitos. Algunos hasta se saben los diálogos de memoria
“Desde que tengo uso de razón dan los mismos muñequitos”, exclama Melissa. Ella ya cumplió 22 años y mientras ve un capítulo de Elpidio Valdés, va repitiendo los diálogos de cada personaje. Los conoce de memoria. “Eso sucede cuando los ves tantas veces que pierdes la cuenta”, afirma.
Los niños cubanos de hoy han visto los mismos animados que sus padres: el pillo manigüero, Matojo o la vieja Chuncha. Sin embargo, prefieren muñes extranjeros. ¿Qué pasó con las producciones audiovisuales para edades tempranas en la isla?
El encargado de crear productos novedosos para los pequeños es desde 1959 el Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC). Pero ni las nuevas tecnologías han beneficiado la tarea. Las creaciones actuales tienen las mismas características que las de los 60.
María Karla solo ve Dora la Exploradora. Su mamá todos los fines de semana gasta 20 pesos en llenarle la memoria flash. “En la televisión todavía ponen los animados de cuando yo nací. Eso los niños ni lo entienden ni les gusta: los colores son opacos, la calidad de la imagen ya no es buena”, manifiesta.
Los padres coinciden en que las producciones foráneas tienen mayor atractivo. Muestran hermosos efectos, ambientes, e incluso tienen una mejor forma de interactuar con el menor. Según sus criterios, son medios de enseñanza más que de diversión. “Hay para todos los gustos y edades. Hasta los adultos los disfrutamos”, expone Lorena, madre soltera. “Por mucho que quiera mejorar, el ICAIC no da pie con bola. Hace poco hicieron uno llamado Equipo 009, que no se sabe bien cuál es la trama de aquello. Aburre”, añade.
Dania compra discos “quemados” para sus hijos. “Ellos mismos me piden lo que quieren ver, sus preferidos son la Brigada Canina. De lo nacional todo es lo mismo con lo mismo. Ya es momento de que dejen descansar a la pobre Chuncha y se parezcan más al mundo”.
Para Mario no hacen nada que sirva. “Están descoordinados, con pocas ideas, parece que hasta para eso hay recorte de presupuesto. Yo quisiera saber con qué tipo de software crean los dibujos: parecen un papel puesto en la pantalla, casi ni se mueven”.
“Dan miedo”, cree Cristina. “Mi nieto mira lo que sale en el Paquete. Este país se quedó atascado en el siglo pasado y todavía no ha encontrado cómo salir de allí. En ocasiones tienen buenas ideas, como ese de la niña detective, Fernanda, pero les falta estética. Es como si pusieran a un bebé a dibujar y eso lo llevaran a la computadora. El resultado es un desastre. Además, los diálogos son inentendibles”.
Anclado está el ICAIC, sin saber cómo moverse. “Nadie ve eso”, opina Felipe, abuelo de tres chicos. “Si no van a poner algo nuevo, pueden quitarlos”.
Vladia Rosa García