Monumento Nacional se deteriora a la vista de todos

Si La Yaya fuera un hotel para el turismo extranjero tal vez las autoridades le prestaran mejor atención. Así “tratan” a este sitio, Monumento Nacional

La casa museo donde en 1897 se firmara la última Constitución de la República en Armas de nuestra gesta independentista, un lugar que sin dudas constituye un “sitio sagrado de la Patria, por demás Monumento Nacional se deteriora a la vista de todos y al parecer “la continuidad” quiere borrarla del mapa.

Solo así se explica cómo, luego de que fuese denunciado el deterioro de La Yaya -así se identifica este inmueble en la historia de Cuba- a las autoridades del gobierno y Cultura en el municipio de Sibanicú no se les ocurrió una idea mejor que enviar una cuadrilla de constructores en lugar de una brigada especializada en trabajos patrimoniales.

El resultado, según define un denunciante, fue un desastre.

La primera denuncia sobre el deterioro del Monumento Nacional La Yaya hace referencia al estado en que se encontraba el inmueble en el 2007.

“El sitio mostraba filtraciones y roturas de vigas y tejas”, y la solución exigía la que se desmantelara el techo.

Así hicieron; pero una vez quitada la cubierta alegaron no tener recursos para continuar la obra y tras ser retiradas las tejas del ala norte del inmueble, esta quedó expuesta a la intemperie.

La Yaya quedó desprotegida contra la lluvia y el viento. Mientras, en Sibanicú, se esperaba por una visita de “los especialistas de Patrimonio en la provincia, que no acababan de llegar”. Entre Sibanicú y el municipio cabecera apenas hay 52 kilómetros; algo así como 50 minutos de viaje, por carretera.

Pero, ni siquiera un transporte -o gasolina- pudieron gestionar las autoridades del territorio interesadas más en tuitear consignas en Twitter que en resolver el deterioro de un sitio como La Yaya.

Meses después, en febrero del 2018 llegaron al inmueble los especialistas. Toda una comitiva donde “iban representantes del MINAZ en Camagüey, del Gobierno municipal y de Cultura, entre otros”.

Se hizo un dictamen técnico, y una brigada del complejo agroindustrial Siboney fue la que llevó a cabo el desmantelamiento. La brigada, felizmente, puso a buen recaudo los materiales.

El dictamen arrojó que el deterioro en el sistema estructural de la techumbre, y en menor medida en otros elementos como vigas, soleras, limas y cumbrera era alto. Las paredes de madera, en exteriores e interiores, aunque deterioradas no presentaban una situación tan grave, “sino en algunas tablas y vigas de entramados, al igual que la carpintería de puertas y ventanas”.

La reparación se hizo, y se anunció a bombo y platillo, y muy probablemente como saludo al asalto al Cuartel Moncada, pues la buena nueva se divulgó precisamente el 26 de julio de ese año. Seis meses para ir a ver el estado del inmueble; cinco para repararlo.

¿Repararlo? Ni tanto. Según se publica en la sección Acuse de Recibo del diario oficialista Juventud Rebelde, el mismo denunciante que hiciera la primera denuncia, Ryder Victoria Viera aclara que  la reparación hecha “duró poco, pues se hizo de madera no adecuada y verde”.

Ryder dice además que “en 2015 debió repararse totalmente el techo por el estado de pudrición que presentaba, pero nuevamente con madera verde y una brigada no especializada, de la Forestal del municipio”.

Si con esa desidia tratan las autoridades del municipio de Sibanicú, de Camagüey, a un inmueble que es Monumento Nacional, ¿qué puede esperar un simple mortal cubano del modo en que le reparen su casa?

Quedarse sin historia es peor que nada. Sería bueno que las autoridades de Camagüey se visualizaran en su mente que La Yaya pudiera ser un futuro hotel para el turismo extranjero, a ver si así, entonces, le prestan el interés que lleva, los materiales que lleva. El amor que lleva.

por Ariel P.

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