MININT “se cuela” en Telegram y ocupa mercancía en casa habanera

Valerse de Telegram le aportó al MININT cubano pruebas para detener a dos presuntos revendedores, a quienes los vecinos los habrían delatado por “apretadores”.

Los famosos grupos de Telegram y Whatsapp donde cientos de cubanos venden y compran cosas, están bajo el ojo del MININT y de la PNR en Cuba.

Prueba de ello es el reportaje transmitido ayer por la televisión cubana que da cuenta de un operativo efectuado en una casa del municipio Plaza de la Revolución en el cual, según se puede apreciar en las imágenes, no había ni grandes volúmenes de mercancías ni un gran volumen de una mercancía determinada, pero sí variedad de productos.

Estos se vendían, ya bien de boca en boca o a través de Telegram, pero el reportaje insinúa que el MININT llegó allí por “las quejas de vecinos”.

Ahora, los ocupantes del inmueble han sido acusados de actividad económica ilícita.

¿Qué había? Principalmente – por la importancia que representa – jabones, pasta dental y aceite. También detergente.

Fueron, dice el reportaje, los vecinos de la localidad quienes informaron en la estación de policía que los propietarios de la vivienda estaban vendiendo productos de primera necesidad. Ante esto, los uniformados se apersonaron en la zona y encontraron la residencia llena de comestibles, productos de higiene y otros rubros.

Dice el MININT que los propietarios del a todas luces mal armado negocio, se valían de Telegram y Whatsapp para vender los productos en esas redes sociales y así mantenían a flote el negocio. Al menos allí lo ofertaban, y les fue fácil a la policía tener las pruebas.

En algunos de los chats se ve cómo algunos “protestaban” incluso por los altos precios de la mercancía.

Lo peor, sin embargo, es que de acuerdo con el testimonio de los vecinos, estas personas presuntamente “acaparaban” toda la mercancía de la zona y la vendían luego a precios muy elevados. ¿Cómo lograban adueñarse de lo que se vendía en la zona? A través de alguna estructura: con intermediarios, coleros y revendedores.

Se presume que los implicados tuvieron conflictos por los precios con algún miembro de la comunidad y estos fueron los denunciantes.

Roberto A.

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