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Artes Visuales

Michel Mirabal: “¿Yo soy conflictivo?”

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Texto y fotos: Yanexis Roque

Michel Mirabal, un artista plástico provocador e irreverente, conversa desde su Finca Calunga con Cubacomenta

A Michel Mirabal no le interesa que digan que su obra es «bonita». Lo que sí le motiva es cuánto quiere expresar con ella.

Nacido y radicado en Cuba, este artista plástico polémico, provocador e irreverente, es conocido, dentro y fuera de la isla, por su serie de las banderas, aunque tiene otras once más y casi 25 años de vida artística.

Finca Calunga, en honor a su abuelo, es el nombre que Mirabal le ha dado al terreno sobre el que hoy se levanta su casa y galería en Guanabo, lugar que semeja un mirador entre tantas llanuras y donde sucede este encuentro…

Finca Calunga también ha recibido delegaciones y visitantes reconocidos. Reyes, senadores, congresistas, embajadores, diseñadores de moda (como la italiana Angela Missoni), modelos de D&G, representantes de Google, importantes artistas plásticos internacionales, personalidades como Peter Berg, Usher, Katy Perry. «Solo tienen como referencia Internet y mis muestras por el mundo».

Al momento de nuestro diálogo, rodeado de artistas amigos, ha cocinado él mismo un total de ocho platos, dispuestos en una mesa larga dentro de la galería. «Mi idea es que la gente se sienta bien. Esto es un paraíso, puedes ver el atardecer desde muchos puntos».

En días pasados, Michel Mirabal se pronunció en sus redes sociales contra la campaña #NoGreenCardGDZ, que busca retirar la residencia norteamericana al dúo Gente de Zona.

«No estoy de acuerdo con lo que le están haciendo a ellos, pero ni a ellos ni a nadie. No estoy de acuerdo con que digan que les quiten la Green Card, que los boten de Estados Unidos. Ellos viven ahí, como muchos más. ¿Entonces a todos los reguetoneros que no encontraron un espacio aquí tienen que quitarles la Green Card? Porque todos vienen a Cuba y hacen conciertos igual».

¿No encontraron un espacio aquí?

—No encontraron un espacio aquí porque en Cuba no se les da promoción.

¿Crees que Gente de Zona no tiene promoción aquí, en Cuba?

—No la tenía. Ahora sí. Pero no la tenían antes de irse.

¿Entonces consideras que los artistas, para poder hacer su carrera, tienen que salir de Cuba?

—En ese sentido, sí. En el movimiento musical, si quieren tener oportunidades para estar en momentos y eventos importantes, no pueden estar aquí en Cuba, tienen que salir de aquí para poder hacer su carrera. Ellos no son profetas en su tierra, nunca lo serán.

«Yo no soy fan del reguetón, esta cosa nueva del reparto no me gusta, pero me gusta Bajanda. La música de Bajanda es buenísima. La letra parece hip hop. Ahora, no me gusta como ellos se identifican. No creo que sea bueno para mis hijos, ni para los hijos de mis hijos, su concepto de vida».

Sin embargo, los estás defendiendo.

—No, lo que defiendo es el derecho de cada cual a hacer lo que le parezca. Y defiendo que nadie es quién para criticar, porque cada cual es libre de hacer con su arte lo que estime conveniente.

«Estados Unidos, lastimosamente, es el mercado del arte. Aquí ninguna galería me promociona. A mí me promociona una galería en Aspen, Colorado. Y otra en Nueva York».

O sea, ¿dices que tu obra aquí no tiene visibilidad?

—Mi obra aquí no tiene la visibilidad que me dan en el extranjero. No sé por qué, si yo vivo aquí, pero a lo mejor ellos entienden que mi trabajo no es lo suficientemente bueno para promocionarse.

¿Ellos?

—Para la oficialidad. Para las galerías oficiales. Sin embargo, se ganan dinero con mi trabajo, porque hacen promociones en tazas, en pullovers, me mandan a hacer murales con mi obra. El Ministerio de Cultura está lleno de obras mías. Me vienen a buscar cuando hay que hacer un regalo a un presidente, a un visitante importante. Incluso, me la compran. Pero no me llevan a una feria internacional representando a mi país. No me presentan en una exposición colectiva. Y cuando vienen personas que quieren armar muestras colectivas y me proponen, les dicen: «a este no, que es conflictivo». ¿Yo soy conflictivo?

¿Quién te tilda de conflictivo?

—Las instituciones. Pero cuando voy a Estados Unidos tengo todas las puertas abiertas y me llevan a galerías, exposiciones, ferias internacionales, y me tienen como un artista con algo que decir. Me gustaría que en Cuba le dieran a mi obra un 20% del valor que le dan fuera.

«Me gustaría que el dinero que se ganan esas galerías con mi trabajo se lo ganara mi país. Sin embargo, no pasa. Me reúno con ellos, hablo con todos, y me dicen que sí, que tengo las puertas abiertas. Pero al final, jamás me llaman. Jamás cuentan conmigo».

Mirabal recuerda que Roc Nation, la agencia de representación de artistas perteneciente a Jay Z, lo invitó a ser parte de su catálogo, pero para eso necesitaba vivir más tiempo en Estados Unidos. Su respuesta, aunque reconoce que el contrato era bastante jugoso, fue tajante. «Les dije que buscáramos la manera de trabajar conmigo en Cuba porque si no, no podía ser».

La última vez que conversamos, Michel tenía pensado otro performance. A partir de septiembre, viviría un mes en el solar donde nació, mientras grababa su día a día desde varias cámaras. Pero La Aurora, su espacio de origen, se derrumbó el 25 de julio. «Se derrumbó el solar y el proyecto. No voy a hacerlo sobre las ruinas. Se cayeron los dos pisos de arriba, abajo hay un solo piso. Eso es Irak ahora mismo».

Me explica que allí quedan viviendo solo los del primer piso. Los demás, en albergues, casas de amigos… «Así no vale la pena. Tampoco mi idea es hacer una apología del desastre», precisa.

Le veo fruncir el ceño, mover la mano ante la cara para aliviar cierto aire de contrariedad, y le pregunto si le duele que no cuenten con él en su país.

«Claro que me duele, me molesta, porque yo estoy aquí, en Cubita. Es verdad que tengo posibilidades que otros cubanos no tienen, pero a partir de mi trabajo. Y esas posibilidades las empleo también en ayudar a otros cubanos».

Apadrinas un hogar de niños sin amparo filial. Cuéntame de tus proyectos comunitarios.  

—Apoyo a los niños sin amparo filial, apoyo a la gente de mi comunidad. El 30% que recibo todos los años de mi trabajo lo tengo en una cuenta aparte para ayudar a las personas que tienen menos, para llevarles medicinas, lo que necesiten: ropa, comida.

«Si hay una eventualidad climatológica, ahí estoy yo con mi proyecto, apoyando. Somos muchos los que lo integramos y, a través de todos nosotros, canalizamos esos dineros para apoyar a la gente de Cuba».

Estuviste este año en el Festival de Gibara haciendo unos murales. ¿Fue iniciativa tuya o partió desde la institucionalidad?

—Me invitaron Estudio 50 y la revista Vistar, ambos independientes. Incluso, estando ahí, no tuve interacción con ninguna institución. Hice lo que tuve que hacer, lo mejor que pude, pero no con ayuda institucional.

Mirabal entre redes

Michel Mirabal fue acusado de machista, violento y misógino por movimientos feministas en las redes sociales hace pocos meses. En sus cuentas de Instagram y Facebook, publicó un video donde tocaba, cual tumbadoras, las nalgas de cuatro mujeres semidesnudas, en una especie de performance en el que también participó el músico José Luis Cortés (El Tosco).

Evoluciona, la Campaña Cubana por la No Violencia hacia Mujeres, informó en aquel momento que la presión provocada por las  denuncias de numerosos usuarios contra el video, logró que fuera retirado de ambas redes sociales. «La decisión de eliminar el video fue mía», asegura el pintor, que debió pedir disculpas y días después protagonizó una segunda parte, esta vez, contra la violencia y el machismo.

Le pregunto si ha valido la pena esta polémica, teniendo en cuenta el impacto que generó sobre su imagen como artista plástico. Mirabal no se inmuta: «Me encanta ser polémico. Nosotros los artistas nos metemos en temas que normalmente la gente no se mete. Y buscamos los medios que, por lo general, no son muy ortodoxos, para que la gente se forme una opinión, a favor o en contra.

«Ser polémico es parte de mí. Si la gente me quiere así, felicidades; si no, no me interesa. Yo he aprendido a ser feliz. No hago daño ni paso por encima de nadie. No necesito ocupar espacios que otros tienen. El poco espacio que me he ganado ha sido porque trato de hacer mi trabajo desde el bien».

Cumples 25 años de vida artística en 2020. ¿Tienes pensado celebrarlo de alguna manera?

—Quiero hacer algo porque la gente me lo pide, también a través de las redes sociales. Me dicen que quieren ver todas las cosas que he hecho, no solo la serie de las banderas, sino la de las manos, la de los solares, las instalaciones, las esculturas, las fotografías, la serie de las calles de La Habana, la serie de los Cristos… son 12 series. Entonces voy a agruparlas todas en una exposición.

«Eso lo quiero hacer el 14 de febrero del año que viene, en Estudio 50. Entiendo que es un poco lejos y Luis Mario, de Estudio 50, me ha dado la posibilidad de estar ahí. La gente de Tokao también me ha dado todo el apoyo para hacer mi trabajo y me van a ayudar.

«Va a ser la exposición más grande de mi trabajo en todo el tiempo que llevo».

¿Cómo ves el futuro de las artes plásticas en Cuba?

—Va viento en popa. Me gustaría muchísimo que la nueva generación se involucrara más con los problemas cotidianos. Está muy bien que tengas talento y seas un gran dibujante, pero es necesario retratar los problemas que nos atañen a través del arte.

¿No crees que eso se esté haciendo?

—No como debiera. Yo creo que hay una mentalidad de no meterse en problemas, de hacer cosas más estilizadas que realmente no retratan la realidad cubana. Sin embargo, hay mucha tela por donde cortar en nuestro país.

«Por eso yo admiro tanto a Pánfilo, al cómico. Porque es un tipo que ha sabido abrirse paso retratando la cotidianidad del cubano; ojalá el arte plástico también fuera por ahí. Quizás, crear algunos Pánfilos en las artes plásticas contemporáneas. Eso me encantaría».

 


 

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