Mariela Castro lo explica en Facebook: “Estamos reformando la Constitución, No la Biblia”

La hija del ex gobernante cubano Raúl Castro y líder del movimiento LGBTI en Cuba por los derechos de las personas homosexuales, Mariela Castro Espín, resumió en un post subido a la plataforma de Facebook de qué va el artículo 68 que pretende incluirse en la Nueva Constitución de la República de Cuba, con vistas a renovar el concepto de matrimonio, tras lo cual quedaría pus legalizado, la unión civil de dos personas del mismo sexo.

El artículo que ya circula para discusión y análisis en el Anteproyecto que se debate en todo el país, y en organismos y empresas – con la excepción, parece, que de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba – ha sido objeto de variadas interpretación y motivo de controversias en casi todas las asambleas donde se ha debatido. Reconociendo que, de hecho, es un artículo que rompe con la hegemonía de la visión patriarcal dentro de la familia cubana y que sí, claro, busca ampliar el concepto de matrimonio dándole instrumentos a personas de un mismo sexo para que puedan establecer un vínculo legal y afectivo para conformar la familia que ellos deseen, su discusión ha enfrentado no solo adeptos y contrarios, si no que, además, dentro de estos últimos, existe una peligrosa desinformación al respecto sobre la homosexualidad.

La que parece ser lleva la voz cantante en esta “discusión” es la Iglesia. A tal extremo que, no solo han hecho del 68 una campaña de lucha, sino que además han reunido firmas, pretenden reunir más, y se han manifestado en plena calle, en masa, contra lo que ellos consideran es una ruptura de “la ley de Dios” – por decirlo de algún modo en general – la cual establece que la base de toda sociedad es la familia.

La visión del concepto de familia por parte de esta grupo de religiosos cubanos establece el dogma rígido de que, una familia, solo puede estar conformada por un hombre y una mujer, lo cual es el pilar fundamental para la creación y nacimiento de los seres humanos.

Sin embargo, Mariela, directora además del  Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) lo explicó de manera muy clara: “Estamos reformando la Constitución, No la Biblia” y adjuntó par de hashtags #68Va #Cuba. Mariela recibió tras la publicación incontables muestras de apoyo.

Las fuertes críticas que ha recibido la Iglesia Cubana con relación al dogmatismo con que ha enfrentado la discusión del Artículo 68, convocando a sus miembros a sumarse no solo al voto negativo sino además a expresarlo públicamente en, llamémosle, manifestaciones, ha servido para que algunos “saquen a luz pública” algunas campañas similares promovidas por la Iglesia y para que otros ejemplifiquen que, en otros momentos donde la Iglesia cubana debió manifestarse no lo hizo.

Entre los primeros están los que critican, por ejemplo, y con sobrada justicia – aunque esto excluiría a la Iglesia cubana, pero no a la Iglesia como Institución – el papel ejercido por la Iglesia durante las llamadas cruzadas evangélicas; la evangelización en América, el periodo de la Santa Inquisición en Europa; la negación de las teorías de Giordano Bruno, Nicolás Copérnico y Galileo Galilei en relación a el papel del Sol como centro del Universo y/o la redondez de la tierrra; la quema de libros y obras de artes por considerarlos herejes o contrarios a las buenas normas de la fé caólica y otras “lindezas” similares.

En el caso específico de Cuba, algunos le reprochan a la iglesia que “han armado mucho ruido” por un asunto sencillo – como lo es el derecho a permitirle a dos personas (hijos de Dios) a que se amen y sean felices; que deberían unirse para protestar por “cosas” que atañen y son de más interés – opresoras – al derecho de todas las personas – religiosas o no – residentes en la isla; y además le critican que, por ejemplo, no se han manifestado como un bloque unido contra los numerosos casos reportados en el mundo en relación a la pederestia cometidos por curas y prelados de distintas órdenes religiosas.

De todas maneras queda un largo camino por recorrer, y en este camino – entre la negación y la asimilación – si uno juzga lo que al parecer podrá suceder de acuerdo al papel que ejercen las fuerzas sociales y el nacimiento y empuje de una nueva generación de jóvenes en la isla “más abiertos  y tolerantes” a estos cambios dentro de la sociedad y el pensamiento social, es muy probable que se llegue al consenso y a la aprobación del Artículo 68 dentro de la Nueva Constitución cubana.

Mariela Castro lo ha explicado – repetimos – : “Estamos reformando la Constitución, No la Biblia”