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Un residente en la ciudad de Miami nombrado Salvador Miralles con una larga trayectoria opuesta al gobierno de la isla, se encuentra ahora después de muchos años inmerso en otra lucha: la de conseguir un permiso para parqueo en el condominio donde reside en la bien llamada Ciudad del Sol.

Miralles, quien era era piloto de la Fuerza Aérea Cubana hasta octubre del año 1960 en que se robó una avioneta y aterrizó en Cayo Marathon, acudió al programa Help Me Howard, con el presentador Patrick Fraser a fin de dar a conocer su caso y ver si este le ayuda a poder aparcar cerca de su apartamento. El hombre dice estar físicamente limitado, tiene su cartón azul de handicap para parquear donde él desee, pues ese es un gran beneficio para él, pero en su condominio no hay parqueo para discapacitados cerca de su apartamento.

Piloto de Bahía de Cochinos, Miralles asegura sentirse “desarmado”. Luchó contra Castro, fue un individuo que hasta la CIA lo contrató para ir en abril del 61 a luchar por la libertad de Cuba; pero ahora, pasados los días de gloria, con 80 años en sus costillas, sin contactos y sin ser de interés, Miralles lucha contra la desinformación y la burocracia en Miami para poder agenciarse de un parqueo cerca de su casa.

“Tengo una pierna mala,” dice el anciano a manera de justificar su pedido. Miralles no es ya un joven que puede parquear a cuatro cuadras de distancia y luego ir y venir caminando.

“Estoy en una guerra de estacionamiento ahora”, explicó el anciano a las cámaras de televisión, y relata su caso. Tras mudarse a un condominio en Pembroke Pines, el parqueo que le asignaron está – dice – ” demasiado lejos de las escaleras y demasiado lejos del ascensor”. No tiene tampoco cerca un parqueo para discapacitados, y con su pierna mala, tiene que caminar. Y bastante.

“Fui a ver al encargado del estacionamiento. Le expliqué el problema. Me trató como si fuera un niño”. y dijo que el hombre tuvo suerte, pues de haber estado él más joven, como cuando luchó contra Castro, no la hubiera pasado bien, pues era una persona “con la mecha corta”.

Afortunadamente, una Ley lo ampara: la llamada Ley de Vivienda Justa. Según está Ley, el condominio está en la obligación de proporcionarle un espacio de estacionamiento más cercano a su unidad. Legalmente, una asociación no siempre tiene que proporcionar un parqueo para discapacitados. Si sería demasiado costoso, o si no hubiera espacios disponibles, entonces la ley no lo requiere ”. Sin embargo, sí está en la obligación de cambiarle su espacio de parqueo para un lugar cercano si el reclamante es discapacitado.

Finalmente, y tras darse a conocer el caso, la asociación se comprometió a cambiarle el parqueo al anciano luchador.

 

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