Cuba
Los “levanta la mano” llegaron a La Habana
Los congresos del Partido Comunista de Cuba se han convertido en un “levanta la mano”.
Incluso el que no está de acuerdo, la eleva al cielo.
“A las puertas de un histórico Congreso”, lo llama Granma -lo de histórico sin dudas es porque Raúl Castro, por fin, se retira de la vida política aunque de seguro seguirá omnipresente en la vida de los cubanos dentro de la isla- y una foto de los delegados “levanta la mano” que “desde la noche de este miércoles comenzaron a llegar a La Habana” fue seleccionada para portada.
Se trata de los miembros de las delegaciones provinciales que intervendrán en el VIII Congreso del Partido que sesiona desde hoy y hasta el 19 próximo. Son conocidos en toda Cuba como aquellos que cuando se les dice “levante la mano todo el que esté de acuerdo”, son, sin excepción, hábiles y rápidos en levantar la mano para aprobar todo lo que desde la mesa de la presidencia se proponga o diga.
¿Qué cubano no ha sido un “levanta la mano” en algún momento de su vida? Ese momento -magistralmente recogido por el director Eduardo del Llano en su corto de Nicanor O´Donnell Intermezzo– ha dejado de ser un momento de suma importancia dentro de los congresos del Partido y en cuanto congreso socialista se efectúa en la isla, para convertirse en un mero acto de instinto, voluntario que parece involuntario, dentro de todos esos delegados. Principalmente dentro de los delegados del Partido Comunista de Cuba, esos que ahora están llegando a La Habana con el honor -dice Granma- “de estar representando a millones de cubanos”.
En honor a la verdad, hace años luz que millones de cubanos dejaron de ver a esos delegados como sus representantes y los ven como lo que verdaderamente son: unos “levanta la mano”.
Hasta mi amigo entrañable M.E y esta otra C.R.B. -perdón por solo poner sus siglas, delegados en más de una ocasión a esta magna cita del Partido- en algún momento de mi vida me dijeron sentirse “mal” por haber tenido que levantar la mano.
M.E., llegado allá arriba por obra y gracia del divino destino -una anécdota que de por sí merece otro cuento de Nicanor O´Donnell- al igual que Otto Rivero, y que le pregunten a los alumnos de la Facultad de Eléctrica que en los años 90´ lo eligieron “descaradamente” en la Universidad Central de Las Villas “Marta Abreu” para que Otto les garantizase los tickets para las hamburguesas y el ron en el Centro Recreativo “Arcoiris”, reconocía una y otra vez que “levantó la mano” más por no “marcarse” que por otra cosa.
“A veces yo ni había seguido el hilo de lo que se decía y discutía –¡vaya reprensentante de los cubanos que era este “borrachín” amigo mío que ni siquiera prestaba atención en un Congreso del PCC– pero oía el “levante la mano todo aquel que esté de acuerdo” y como yo veía que todos la levantaban, pues yo levantaba la mía también”.
En fin, que a partir de hoy y hasta el 19 de abril, y en el marco del Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba, que de acuerdo con Granma “centrará su atención en asuntos medulares para el presente y futuro de la nación, entre los que se incluyen la actualización de la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, y de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución,” y que no sé yo que “resultados económico-sociales obtenidos desde el Séptimo Congreso hasta ahora”, van a analizar, por qué del Séptimo Congreso hasta ahora solo hemos apreciado retrocesos, ya veremos como esa “cita partidista” que vaticinan “tendrá una importancia estratégica para el destino del archipiélago, la garantía de la continuidad del proceso revolucionario y la irreversibilidad del Socialism0”, se convierte en otro “levanta la mano”.
Porque si no quieres marcarte, si no quieres ser la nota discordante, deberás sin duda levantarla, y al caralho el resto de los millones de cubanos.
Aquí, por cierto, les dejo “Intermezzo”, para que tengan una idea ustedes de lo que significa no ser un “levanta la mano” en Cuba.
Ariel P.
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