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La pelota en Cuba: Regresa un emigrado y un estadounidense quiere jugar con Industriales

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Reza el adagio que “es redonda y viene en caja cuadrada”, pero las noticias referentes al béisbol en Cuba conservan un halo de misterio dificilmente igualable en cualquier otra liga del mundo.

Por un lado, a menudo tenemos el caso de un pelotero que “escapa” de la isla; o una decisión tomada por la Comisión Nacional de Béisbol que le da un giro de 180 grados al modo normal en que se desarrollan las cosas. O un locutor suelta una frase “para la historia”. Y por suerte, al parecer, superaremos esa etapa en que, transmitiéndose los juegos de Grandes Ligas, se saltaban el turno al bate de un pelotero nacido y formado en la isla con tal de que la gente en Cuba no lo viera en la pequeña pantalla.

Sin embargo, razones existen – ya lo decía – y por si le faltara condimento “a la pelota”, en las últimas horas conocimos de un pelotero norteamericano que quiere jugar con los Industriales, y del regreso a Cuba de un joven talento que se cansó de buscar su sueño en República Dominicana, y prefirió regresar a la isla al amparo del Acuerdo firmado entre las Grandes Ligas y Cuba, el cual aún espera por la aprobación del Departamento de Tesoro norteamericano.

Sesenta años o más atrás en el tiempo, la irrupción de Matthew McLaughlin, un joven de 1,86 metros y 195 libras de peso (88,4 kilos), norteamericano, en el béisbol de la isla hubiese sido algo normal en el panorama beisbolero de la Mayor de las Antillas. Que McLaughlin saliese del dugout y se plantara en el infield o el outfield del estadio Latinoamericano no hubiese despertado más aplausos que la aparición de cualquier otro jugador. A fin de cuentas era “normal” que peloteros norteamericanos jugaran en La Habana, en un campeonato que por entonces era considerado de los mejores del mundo.

Pero el tiempo ha pasado, y McLaughlin, pitcher – no defensor de cojines ni de praderas – expresa que su sueño cambió, de jugar con los Medias Rojas de Boston a querer hacerlo con los Leones de la capital.

El joven llegó a Cuba hace cuatro años – relata la agencia Reuters – y entonces dice que se dio cuenta que “el (su) gran sueño es jugar con Industriales en la Serie Nacional”.

Foto: Reuters

Lo inscribieron como lanzador en el equipo de Plaza, y por suerte tendrá la fortuna de ser dirigido por un gigante del box: el capitalino Lázaro de la Torre.

Sí, soy el primer estadounidense que juega una provincial en 60 años en Cuba”, asegura con orgullo en una entrevista, e instantes después se confiesa admirador del pelotero tunero Danel Castro y “del ritmo que imprime en el juego Yasiel Puig“, ex Dodgers de Los Ángeles, y ahora Cincinnati Reds.

Lo sancionaron y escapó. Ahora regresa.

Yankiel Mauris Gutiérrez fue sancionado en mayo de 2016 por la Comisión Provincial de béisbol de Sancti Spíritus .

En un inicio se dijo que había abandonado la preparación del equipo para la Serie Nacional Sub 23. Se conoció además la sanción: cuatro años, y la sombra de un intento de salida del país “dio un poco de luz” a la inusitada sanción.

Finalmente, al parecer, Yankiel Mauris  logró salir del país, y ya en marzo del año siguiente era declarado agente libre y disponible para pasar a integrar el roster de cualquier equipo de las Grandes Ligas.

Sin embargo esa llamada nunca llegó. Con 23 años ya, un año después, emprendió un largo camino de regreso a casa y hace poco se le vio entrenando en el estadio José Antonio Huelga.

Foto: Escambray

No está claro qué convencerá a un coach o scout de Grandes Ligas para contratar a un pelotero en Cuba sino lo hizo previamente en otro país; pero Mauris apostó al nuevo acuerdo entre la Federación Cubana de Béisbol y las Grandes Ligas, y espera que pronto su brazo sea visto por algún equipo de la Gran Carpa. Algo que nunca sucedió en Quisqueya, donde se encontraba.

Tampoco sabemos si la Comisión Nacional levantará su sanción – o incluso, si le impondrán otra por haberse ido – pero Mauris entrena, y quiere ser parte de los Gallos a la mayor brevedad posible.

Para un país necesitado de recuperar el prestigio de su béisbol y de ser noticia con algo provechoso, el regreso de Mauris – al cual pudiéramos sumar el del talento Roberto Hernández – y la presencia de un norteamericano jugando pelota con los Industriales, al menos suenan interesantes para los medios.

Ya veremos qué sucede. Por lo pronto, nos quedamos con “el impacto noticioso”, porque no es normal que estas cosas sucedan, y quién sabe si nos tendremos que “ir acostumbrando”.

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