La “besada” del Paseo del Prado se hizo, aunque sin los permisos

Por Ariel Peñate

Un evento público a favor del matrimonio de personas del mismo sexo en Cuba fue convocado este sábado en el Paseo del Prado, en La Habana,  por la comunidad LGBTIQ con el nombre “Saca los besos del clóset”, pero sus promotores se vieron obligados a cancelarlo por segunda vez al no obtener  los permisos del gobierno.

Sin embargo las personas se reunieron en el sitio previsto para llevar a cabo esta celebración en apoyo a la legalización del matrimonio de parejas del mismo sexo, una de las propuestas da la reforma constitucional que se “debate” por estos días en Cuba.

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“No conseguimos el permiso pero aquí estamos para comernos a besos”, dijo  sonriente una de las participantes en esta iniciativa que se divulgó a través de las redes sociales.

“Nos reunimos por nuestra cuenta y riesgo  sobre todo para que la gente deje de ver a las lesbianas, homosexuales o transexuales de forma despectiva o discriminatoria como siempre ha sido. Todos somos iguales y continuaremos defendiendo nuestros derechos”, agregó esta activista LGTB de unos 34 años.

La “Besada” había sido convocada por el Centro Nacional de Educación Sexual ( CENESEX), dirigido por la sexóloga Mariela Castro, hija de Raúl Castro, pero no recibió los permisos del gobierno para celebrarse.

Los activistas, pertenecientes o no al CENESEX, desafiaron la medida y respondieron a la convocatoria a riesgo de que ser multados o desplazados del lugar por la policía.

La nota del Proyecto Abriendo Brechas de Colores, uno de los organizadores del “Besuqueo” junto al CENESEX, explicaba algunos de los motivos por los que no recibieron la autorización gubernamental.

“Tampoco previmos que una iniciativa motivada por el orgullo de ver a Cuba avanzando en materia de derechos humanos así como la determinación de combatir las ideas que el fundamentalismo religioso está esparciendo en contra de ese cambio justo y necesario, pudiera chocar contra tantas puertas cerradas como sucedió hasta ahora”, manifiesta el documento.

“Conociendo los mecanismos que existen en nuestro país para el uso del espacio público, apelamos a las solicitudes requeridas pero el final de ese camino es esta nota en la que debemos informar, con profunda tristeza, que decidimos cancelar el Besuqueo”, agregan.

“Los religiosos han llenado el país con pancartas en contra de la legalización del matrimonio de personas de la misma orientación sexual y se reúnen en las iglesias para protestar contra esa medida y nadie les prohíbe nada. Entonces no se entiende que el gobierno nos impida a nosotros que nos reunamos  de forma pacífica para apoyar esa propuesta que está en la Constitución y mostrar sin tapujos nuestra orientación sexual, que no es delito”, dijo a Cuballama uno de los participantes que llegó desde Villa Clara para participar en la “Besada”.

“Saca los besos del clóset” fue  convocado a través de las redes sociales y tuvo una amplia divulgación. Miembros de la comunidad LGBTIQ,  activistas sociales, artistas y periodistas  promovieron la propuesta y no desecharon la oportunidad de defender públicamente la posibilidad de que se incluya en la reforma constitucional el artículo 68, con el cual  se legalizaría el matrimonio entre personas de la misma orientación sexual.

“Siempre en la sociedad cubana se nos ha discriminado y tildado de bichos raros. Ahora tenemos la oportunidad de alcanzar derechos legales y no la vamos a desechar. La sociedad cubana es muy machista pero nos tocó ahora derribar todos esos estereotipos”,  expuso Juan de la Cruz Martínez, otro de los participantes, quien se declara abiertamente homosexual y  llegó junto a su pareja de hace 20 años.

Incluso, aclara el activista, yo sufrí discriminación en mi puesto de trabajo cuando laboraba como mecánico y nunca me dejaron subir a otra categoría dentro de mi centro laboral. Espero que esos tiempos vayan quedando atrás para bien de este país”.

Los participantes en la “Besada” pudieron  celebrar la iniciativa sin grandes imprevistos, incluso tuvieron el respaldo de varios grupos de transeúntes que recorrían esta populosa arteria, tanto cubanos como extranjeros. No obstante, en algunas esquinas se divisaban más policías  que los habituales en este concurrido espacio capitalino.

“Esta es la Cuba que todos debemos defender, un país con iguales derechos para todos y no solo  en cuanto a la orientación sexual”, comentó un joven de unos 27 años que con sus amigos vendían cuadros de pinturas naifs y otros objetos artesanales en una de las esquinas de la céntrica avenida que este sábado se llenó de los colores de la comunidad LGBTIQ cubana.